El blanqueo del fascismo pasa por su normalización y el ocultamiento de los actos ilegales que realizan. Las manifestaciones convocadas por Vox el pasado domingo fueron un auténtico fracaso en cuanto a número de asistentes. En ellas se vio, y está grabado, a gente insultando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Se vieron banderas franquistas y de Falange, se vieron saludos nazis y se cantó el Cara al sol.

Todo este cóctel de sinsentidos no impidió que se informara desde los periódicos afines a la derecha como si se tratara de manifestaciones que transcurrieron con total normalidad. “Vox recibe en la calle al nuevo Gobierno”, titula ABC. “Ejercicio de oposición y defensa de la Constitución”, titula La Razón. “Vox ensaya su oposición ‘dura’ en la calle”, titula El Mundo. Para estos medios, lo importante es vender un supuesto constitucionalismo para salvarnos de Pedro Sánchez. Un constitucionalismo que es infinitamente más anticonstitucionalista que todo el nuevo Gobierno junto.

Lo ocurrido ayer en las calles y plazas de España es gravísimo. Aunque mitigado por el escaso seguimiento, el altavoz de los medios que parecen tener como único objetivo la destitución de Sánchez, potencia un mensaje bordea los límites democráticos. Cuesta aceptar la pasividad policial ante gente que exhibe símbolos que son una apología directa del fascismo, del odio y de la violencia.

La “Ley Mordaza”, uno de los puntos en los que se tiene que hacer fuerte el nuevo Gobierno, con su derogación, parece no tener efecto cuando el odio, lo ilegal y la apología de la violencia, tienen desde la ultraderecha. La crítica, cuando es sobreactuada y constante contra un Gobierno que es legítimo, pese a quien pese, hace que poco a poco, la misma pierda eficacia. Si todo está muy mal, nada está muy mal.

Otro tema es que el mensaje de normalidad del fascismo cale en la sociedad. Aunque para hacerlo, los medios antes mencionados tengan que ocultar parte de la verdad de las manifestaciones. Es una señal de que son muy conscientes de que lo que hacen no es para enorgullecerse.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com