Rajoy tiene un lío interno en el PP, y es un lío de los gordos. El enfrentamiento entre el partido y el Gobierno es abierto y ni la tradicional disciplina interna ni el miedo al 'jefe' lo ha parado. Por un lado los presidentes de Comunidades Autónomas no están dispuestos a tragar con el déficit 'a la carta' que prepara Montoro para dar aire a Cataluña. No sólo porque consideran que se premia a la comunidades incumplidoras y se castiga a las que han hecho los deberes, sino porque de fondo hay un debate político que va al corazón del PP: intentar aplacar el independentismo catalán a golpe de cheques. Pero además, Rajoy se enfrenta a otra rebelión interna: el rechazo a la reforma local que propone el Gobierno, hasta tal punto que muchos han amenazado con no volver a repetir como candidatos. Ambas 'reformas' tiene la misma firma: Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. El malestar del partido con el Gobierno se agudiza por la nula interlocución, por no hablar de enfrentamiento abierto, entre la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, y la número dos del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Arenas el mediador
Con este panorama Mariano Rajoy ha decido nombrar mediador a Javier Arenas. Cubre así un doble objetivo: superar la animadversión entre Cospedal y la vicepresidenta, y dar una 'ocupación' al barón andaluz, autoexiliado en la sede central del partido tras su enésimo fracaso electoral en Andalucía. No lo tiene fácil Arenas porque el malestar interno en el PP va a más cada día que pasa, hasta el punto de que los presidentes de Madrid, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón han dicho públicamente que no aceptarán que se dé más margen de déficit a las Comunidades incumplidoras que al resto. La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudí, siempre prudente y poco amiga de los focos, ha sorprendido por unas rotundas declaraciones públicas en las que aseguró que "no puede ser que quien cumple con el esfuerzo se vea luego castigado". A esto hay que añadir el caso Bárcenas, cuya gestión ha dejado seriamente tocada a María Dolores de Cospedal como número dos del partido después de su famosa "indemnización en diferido".

Reunión en Génova 13
A pesar de que el presidente del PP y del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo en su última comparecencia en la sede del partido que "una de las grandes fortalezas del PP es la cohesión interna y para resolver las dificultades necesitamos, más que nunca, la unidad de todos", a los barones y baronesas territoriales el PP se les ha acabado la paciencia. Con este panorama han convocado hoy una reunión en la sede nacional del PP, en Génova 13, a la que asistirán el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, Javier Arenas, los portavoces del Congreso y del Senado, y los presidentes autonómicos. La reunión será a puerta cerrada y para abordar la cuestión del déficit porque el tema de la reforma local, de momento, se mantiene en sordina.