Un 28 de octubre de 1982, el PSOE ganaba las elecciones por primera vez tras el franquismo de la mano de un Felipe González que logró la friolera de 202 escaños. Una mayoría absoluta inabarcable en el tiempo presente y que, de hecho, jamás se ha podido reeditar. Con motivo de esta efeméride, los socialistas se desplazarán a Sevilla este sábado, donde esperan colmar el Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital andaluza, también conocido como FIBES. El acto homenaje se celebrará en el fragor de una nueva batalla con el Partido Popular, después de que estos dinamitaran los puentes con Ferraz y Moncloa para abordar la renovación el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), caducado hace 1.423 días.

Cuatro décadas ha cumplido este viernes la icónica foto de unos jóvenes Felipe González y Alfonso Guerra cogidos de la mano en el balcón del Hotel Palace. Presidente y vicepresidente saludaban a los militantes y simpatizantes socialistas que celebraban la victoria electoral de la formación de izquierdas, que sucedía en el poder a la UCD de Adolfo Suárez sumida en una profunda crisis que le condenaría a su desaparición.

El camino hacia el acto de Sevilla se inició el pasado 17 de octubre, cuando el PSOE presentó en su cuartel general la exposición del cuarenta aniversario de la victoria electoral del 82. Una carta de presentación en la que coincidieron las cabezas visibles de las tres generaciones de socialistas que alcanzaron la Moncloa. Felipe González, el que puso las primeras piedras tras el franquismo, su sucesor José Luis Rodríguez Zapatero y el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tres camadas garantes de un Estado del Bienestar robusto. “Es nuestro nexo de unión”, apuntó el jefe del Ejecutivo en la presentación de la muestra.

Invitación a la militancia

En Ferraz no pierden de vista el mitin del próximo 12 de noviembre en el IFEMA (Madrid), aunque optan por ir partido a partido. Lo mollar, por el momento, es este gran cónclave de Sevilla, al que no acudirá, por ejemplo, Rodríguez Zapatero. El expresidente del Gobierno, protagonista en la presentación de la exposición conmemorativa, se desplazará a Brasil para seguir junto a Lula da Silva la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país sudamericano.

La del expresidente Zapatero es una ausencia llamativa, aunque fue eclipsada por la figura de Alfonso Guerra, otro de los protagonistas de aquella noche histórica del PSOE. El que fuera vicepresidente de González, alejado de su compañero y de las pulsiones de la actual dirección federal, desató un incendio que los bomberos de Ferraz y del PSOE-A sofocaron prácticamente al instante después de que este deslizara que no recibió invitación algún para asistir al acto. Desde la cúpula socialista explican que no ha habido invitaciones al uso, sino que es un evento abierto a la militancia. No obstante, han subrayado que no están pendientes de lo que pueda suscitar la presencia de su histórico dirigente.

Por otro lado, la agenda institucional ha privado a algunos barones socialistas de viajar a la capital hispalense. Los presidentes Javier Lambán (Aragón), Adrián Barbón (Asturias) y Ximo Puig (Valencia) no estarán presentes en el acto para no desatender sus labores como presidentes de sus respectivas autonomías. Fuentes de Ferraz han resaltado que su mayor preocupación no es pasar lista, sino tejer un “gran acto”. De hecho, son optimistas en lo relativo a la asistencia.

En suma, Sánchez y González serán los dos protagonistas principales del acto, a los que precederá un coloquio en el que participarán tanto el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, el secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, la presidenta del partido, Cristina Narbona, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien a la postre es también número dos de la formación.

Clima de tensión con el PP

El marco en el que se celebra este acto homenaje a Felipe González se ha enturbiado después de que el Partido Popular diera orden a su equipo negociador para levantarse de la mesa con el PSOE y ahondar en el bloqueo del Poder Judicial. Los socialistas afean a Feijóo su “actitud obstruccionista”, aunque no pilla por sorpresa a los más veteranos, pues los obstáculos para renovar el órgano de gobierno de los jueces casi siempre han caído del lado conservador desde la instauración de la democracia. Pasó con José María Aznar, con Mariano Rajoy, con Pablo Casado y, finalmente, con Alberto Núñez Feijóo.

A última hora de la tarde del jueves, el Partido Popular anunciaba la paralización de las negociaciones con el PSOE hasta que éstos aclarasen si optaban por afrontar la reforma del delito de sedición con el bloque de la investidura o bien con un “partido constitucionalista”. Todo ello, después de que tanto Feijóo como su número dos, Cuca Gamarra, desvincularan los retoques al Código Penal de la negociación por el CGPJ.

A juicio de los socialistas, el presidente del PP no pudo soportar las “presiones de la derecha reaccionaria” y cedió al “chantaje” de quienes siempre han buscado torpedear las negociaciones entre los dos grandes partidos. “Losantos le da caña por la mañana, un tuit de Ayuso y a la lona. Le han temblado las piernas”, precisan altos cargos de Ferraz y Moncloa, quien lamentan la falta de autoridad orgánica de un Feijóo que se ha aferrado a la sedición como ”nueva excusa” para justificar otra voladura de puentes.