Nuevo capítulo del culebrón político de esta semana. Tan solo un día después de haber dinamitado los acuerdos con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que parecía estar cerrado este jueves, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha protagonizado una nueva incoherencia. Ha negado haber sido presionado desde dentro de su formación o desde la ultraderecha para dar marcha atrás al pacto, ha tendido la mano al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para retomar las negociaciones pero ha asegurado que "los pactos de Estado llegarán con otro PSOE". "Si quiere contar con el PP, estamos a su disposición", ha afirmado antes de volver a condicionarlo a la reforma del delito de sedición.

Este viernes, el presidente popular ha participado en Vitoria-Gasteiz en una conferencia organizada por el diario vasco El Correo, bajo el título Objetivo Actualidad. Allí, ha analizado los últimos datos económicos de nuestro país y ha aprovechado para explicar en sus propias palabras por primera vez lo sucedido en las últimas horas al respecto del que parecía ser un pacto cerrado para renovar el CGPJ y el Tribunal Constitucional y que a última hora del jueves el PP dio por roto a través de un comunicado. "Quiero romper una lanza por el acuerdo y el consenso frente al enfrentamiento y la división", ha asegurado al inicio de su intervención.

Tras esto, Feijóo ha acusado al Ejecutivo de "erosionar la división de poderes con cambios arbitrarios en el órgano superior de la judicatura, mediante indultos que estaban comprometidos no hacer durante la campaña, y con modificaciones de delitos tan graves como la sedición". "Se quiere hacer una justicia a la medida de los independentistas sin que ellos hagan ninguna concesión por su parte", ha afirmado para después lanzar el primer dardo a los socialistas, a los que después ha tenido la mano. "Sé que los ciudadanos añoran pactos de Estado, yo también, créanme, y estoy seguro de que llegarán. Con este PP y otro PSOE", ha afirmado.

"Reformar el delito de sedición no estaba en la mesa"

Una vez ha finalizado su introducción en el acto, ha sido cuestionado directamente en el turno de preguntas por la interminable jornada de este jueves y los bandazos que se produjeron en torno a este asunto, que el Gobierno reconoció que estaba "listo para firmar" y los populares negaron con un "no es verdad que esté cerrado". Todo hasta que la reforma del delito de sedición llegara al debate político del Congreso de los Diputados, en plena discusión de los Presupuestos General del Estado para el próximo año 2023. 

"Estábamos avanzando en un posible acuerdo en el que faltaban cosas no menores, como el compromiso con la redacción definitiva de que los jueces decidan a los jueces en una modificación de la ley orgánica del poder judicial", ha dicho Feijóo al respecto antes de puntualizar que eran conscientes de que este punto "era el determinante" pero que debían terminar de cerrarlo "posteriormente en una reunión con Sánchez". Así, ha asegurado que rehusó hacer declaraciones durante todo el jueves para evitar echar por tierra lo que ya habían acordado. Hasta que se habló de sedición.

"El Gobierno nos trasladó que eso no estaba encima de la mesa. Por la mañana me preguntaron si eso condicionaba el pacto y fui prudente porque por la tarde tenía una conversación con Sánchez, que me lo confirmó", ha afirmado antes de calificar este hecho de "incongruencia insalvable". "Reformar la ley para mejorar la independencia judicial no es compatible con reformar la ley para ayudar a aquellos que se saltaron la ley ni poner en cuestión las sentencias del Constitucional", ha dicho en referencia a los miembros de ERC que han sido condenados y aquellos que esperan una resolución.

Ante esto, dice el líder del PP, propuso a Sánchez "seguir avanzando en un posible acuerdo de Estado por la renovación del CGPJ y comprometernos a reformar el Código Penal sobre aquellos delitos que afectan a la Constitución". "Sedición y rebelión no se pueden reformar de forma unilateral y fuera de la constitucionalidad. Le pedí un consenso para endurecer estos delitos y me trasladó que no se comprometía a reformarlo con el PP", ha justificado. Sin embargo, ha asegurado que está "siempre a disposición" del presidente y que "si el Gobierno quiere alcanzar un acuerdo", seguirán sentados en la mesa. Eso sí, siempre que se trabaje sobre sus condiciones: incrementar las penas por "sedición, rebelión y la convocatoria de un referéndum".

Niega presiones

Muchas han sido las voces que han apuntado en las últimas horas a ciertas presiones internas en la formación para que Feijóo finalmente rompiera el pacto "muy avanzado" que ya tenían con los socialistas. En concreto, se habla de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habría llamado al presidente de su formación tras las declaraciones de la ministra María Jesús Montero para pedirle que diera marcha atrás al principio de acuerdo. "Es una barbaridad", le habría dicho a través de un mensaje en WhatsApp. También que ha cedido ante las coacciones de la ultraderecha, tal y como afirmó el propio Sánchez, un extremo que Feijóo ha negado este viernes. 

"La decisión final en un partido le corresponde al presidente del partido y asumo el 100% de la responsabilidad. Cuando hablé con Sánchez en una conversación telefónica por la tarde y me confirmó que iba a reformar el delito de sedición con los independentistas, hasta que no me lo dijo no tomé ninguna decisión", ha justificado al respecto antes de responder si, entonces, da por muerto la posibilidad de llegar a un acuerdo. "Ojalá que no", ha deseado instantes antes de afirmar que "no le han temblado las piernas" y de cargar de nuevo a la vez que ha tendido la mano al partido del Ejecutivo nacional.

Si le gusta la reforma que habíamos pactado llevémosla a la Cámara y firmémosla

"No es fácil pactar con este PSOE pero voy a seguir intentándolo", ha afirmado antes de hacer otro reproche contra los socialistas, a quienes acusa de no contar con el "primer partido de la oposición" para negociar lo que ha considerado asuntos de Estado. "Si estando en el Gobierno me pidiera pactar reformas que afectan a la Constitución, mi obligación es pactarlo con él, no puedo excluirlos. Por eso pido que no se excluya al PP", ha dicho.

A pesar de haber justificado el cerrojo dado a última hora del jueves al preacuerdo alcanzado con el Gobierno, que desde las filas populares se han esforzado en puntualizar que "no estaba cerrado" y "faltaban flecos", así como de afirmar que "no con este PSOE", Feijóo ha vuelto a mostrar su disposición para sentarse a hablar tras las críticas cosechadas tras su decisión, que muchos califican de "excusa".

"Si le gusta la reforma que habíamos pactado y solo le hacía falta firmarlo, llevémosla a la Cámara y firmémosla", ha insistido con una puntualización. "Si quiere contar con el PP, estamos a su disposición. Si quiere reformar el Código Penal solo pido una cosa: aquellos delitos que pongan en peligro la Constitución, necesitan del acuerdo con el PP", ha dicho.