El PSOE ya abona el camino hacia la aprobación de la reforma del sólo sí es sí, pero no lo hará con sus socios habituales. La modificación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual saldrá adelante con el apoyo del Partido Popular. Los socialistas aceptarán algunas de las enmiendas planteadas por los conservadores para que la reforma con sello del Ministerio de Justicia no decaiga. Fuentes de Ferraz empiezan a asumir que este es el peaje a pagar para asegurar los votos.

Resortes de Moncloa próximos a las negociaciones admiten que hay viabilidad técnica en ciertos aspectos propuestos por los 'populares'. Los cambios que ya están encima de la mesa, según justifican estas mismas voces, no supondrían una modificación considerable del grueso de la propuesta de Justicia. El ala socialista de la coalición ha discutido y analizado las enmiendas del PP para dar salida a algunas de ellas, ante la considerable amenaza de que en Génova pudiera emerger la tentación de “no apoyar” la reforma.

El PSOE ha pisado el acelerador en estas últimas fechas, dado que la reforma encara una semana crucial en términos de tramitación. Este mismo lunes, el texto pasará por ponencia, antes de adentrarse en la Comisión de Justicia del Congreso de este próximo martes. Un paso previo a su llegada al pleno, donde este jueves recibirá -previsiblemente- su aprobación definitiva y la empaquetarán con dirección al Senado, que estampará el sello final -si no hay más cambios- el próximo 26 de abril.

En Ferraz hace tiempo que asumieron que los “efectos indeseados” de la reforma del sólo sí es sí suponían una rémora para sus aspiraciones electorales. Sabían que la pelea constante con sus socios de Gobierno era contraproducente, mientras que los morados crecían de manera sostenida en las encuestas. Luces y sombras que derivan de los nuevos datos que facilita el Consejo General del Poder Judicial, en virtud de esos efectos que han provocado ya un total de 978 rebajas de condena a agresores sexuales y unas 104 excarcelaciones. Un total del 32% de las penas se han traducido en reducciones de las mismas.

Génova admite contactos

En el cuartel general conservador no rehúyen estas informaciones y han confirmado que ambas formaciones están inmersas en un periodo de negociación a contrarreloj. Voces autorizadas del PP admiten “buena voluntad” de los socialistas para incluir algunas de sus medidas en el texto final. No obstante, subrayan que el articulado que presentaron el pasado 20 de diciembre y que entienden como el “impulso” que necesitó el PSOE para enmendar el error.

El giro del PSOE es reconocible y asumible. Un peaje a pagar, dicen en Ferraz, ante un asunto que se enquistaba sin visos a avanzar y que podría haber salido más caro. Los socialistas se negaron desde un primer momento a aceptar las nueve enmiendas de sus socios de Gobierno porque no solventaban esas grietas “indeseadas”. Postura que contrasta con la actual, que ha abierto la puerta de par en par a las propuestas conservadoras como match ball.

Sánchez pide perdón

Este mismo domingo, el presidente del Gobierno ha pedido perdón a las “víctimas” por el goteo de las rebajas de condena por primera vez. Lo ha hecho en las páginas de El Correo, desde donde avanzaba que se va a “poner una solución” más temprano que tarde a los “efectos indeseados” y con el apoyo de aquellos grupos que estén dispuestos a “respetar el corazón de la ley”. El jefe del Ejecutivo abrió de par en par la puerta a la derecha, a quien le reclamó su apoyo para “el bien de una causa feminista”. “Si quieren, bienvenidos sean”, ha apostillado.

Sánchez ha insistido en que la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual es un “buen” articulado, dado que sitúa a España a la “vanguardia” en materia de “protección de las víctimas de agresión sexual”. Sin embargo, entiende que no es baladí el “efecto indeseado” que ha producido, con la catarata de rebajas condenatorias y que es de imperativo que se subsane. De este modo, subraya que la propuesta del Grupo Socialista “respeta el corazón de la ley”. Es decir, “el consentimiento como elemento central”. Sin embargo, agrega que es preciso dotar de una “respuesta desde el punto de vista jurídico y técnico”, pero no desde el prisma político.

En cualquier caso, ha asumido que si hay que disculparse con las víctimas, lo hará. De hecho, lo hace: “Yo pido perdón por estos efectos indeseados. Creo que ningún diputado, incluso los que han votado en contra de esta ley, está a favor de rebajar las penas. Por tanto, pido perdón y pondremos una solución porque es la mejor manera de defender la ley”, ha zanjado el jefe del Ejecutivo.