Pues ya está. El Tribunal Constitucional incorpora desde hoy a dos magistrados más que discutibles por su relación con el Partido Popular, después de que el Congreso votara con sonadas ausencias y abstenciones a los cuatro candidatos propuestos por PP, PSOE y Unidas Podemos.

Enrique Arnaldo Cubillo, con distintas irregularidades en su currículo, ha sido objeto de la indignación de los diputados, excepto los del PP. Los socialistas y los de UP han votado por disciplina de partido salvo 7 honrosas excepciones.

Fuera del PP y de los socios del Gobierno, el resto de los grupos se ausentaron del pleno en señal de protesta. Primero los nacionalistas e independentistas que, en palabras de Gabriel Rufián de ERC, lo hicieron para denunciar una infamia, una charada, dijo, “del tripartidismo”, dejando en evidencia a Unidas Podemos.

 El hecho es que es cuesta mucho entender que los partidos progresistas que componen el Ejecutivo hayan tragado tales sapos cuando el PP ha estado vetando sistemáticamente a otros profesionales con un intachable currículo de independencia y conocimientos.

¿Qué se obtendrá a cambio de este trágala incomprensible? Se ha planteado que, como contrapartida, el PP desbloqueará la renovación del Consejo General del Poder Judicial con lo que, en el supuesto de una mayoría progresista en el órgano de gobierno de los jueces, en los dos próximos nombramientos para el Constitucional en junio, se obtendría una mayoría no conservadora.

Eso sería posible, explican los analistas o los augures, porque el Gobierno nombraría a dos magistrados y el CGPJ a otros dos. En cuanto a la colega de Arnaldo, Concepción Espejel -querida Concha -, recusada en todos los casos Gürtel en la Audiencia Nacional por su proximidad aparente al PP, ha salido mejor parada porque el ruido generado por el nombramiento de EnriqueArnaldo ha tapado lo suyo.

Fuera del PP y de los socios del Gobierno, el resto de los grupos también se ausentaron del pleno como protesta. Primero, los nacionalistas e independentistas que en palabras de Gabriel Rufián de ERC lo hicieron para denunciar una infamia, una charada, dijo, “del tripartidismo” subrayando que Unidas Podemos también había participado de los manejos.

No se entiende que las dos fuerzas políticas del Gobierno de coalición haya tragado sapos de gran tamaño cuando el PP ha vetado sistemáticamente a otros profesionales con un intachable currículo de independencia y conocimientos.

¿Qué obtendrán por ese trágala incomprensible? Se ha comentado que, a cambio de esos nombramientos, el PP desbloqueará la renovación del Consejo General del Poder Judicial con lo que, en la hipótesis de una mayoría progresista en el órgano de gobierno de los jueces, en los dos próximos nombramientos al Constitucional, en junio, se obtendría una mayoría no conservadora en el más alto tribunal del Estado.

Eso haría posible, entienden analistas y augures, que el Ejecutivo nombrara a dos magistrados y el Consejo General del Poder Judicial a otros dos. Ya se verá…

Inasequibles al desaliento y muy satisfechos, los del PP han defendido la figura del cuestionado Arnaldo: “Estamos ante un jurista de un prestigio incuestionable. No vamos a valorar dimes y diretes...” Eso lo decía el secretario de justicia del PP y consejero de la Comunidad de Madrid, Enrique López, cuyo prestigio tiene algunas zonas oscuras. Un periódico más bien de derechas como El Mundo titulaba recientemente que el presidente del PP prometió a Enrique Arnaldo que le haría magistrado del Tribunal Constitucional. Y claro, si todo esto ha sido así, aún faltaría la segunda parte.

¿A cambio de qué, Pablo Casado?