Moncloa ha encontrado una nueva grieta en la pared de Alberto Núñez Feijóo alrededor del debate presupuestario: la disparidad interna entre las comunidades autónomas en las que gobiernan con la cuestión de la financiación. El panorama es complejo para el Ejecutivo en cuanto al proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2026, que Junts ya avisó que tumbaría y que también contará con la oposición automática del Partido Popular. Pero el Ejecutivo tiene una baza a su favor dentro del propio PP: las discrepancias de criterio de los presidentes autonómicos 'populares' para el nuevo modelo de financiación. Isabel Díaz Ayuso dice una cosa, Juanma Moreno Bonilla otra, Alfonso Rueda otra distinta, y Marga Prohens se ha pronunciado en líneas parecidasa las del socialista catalán Salvador Illa. No hay una uniformidad entre los barones del PP en esta cuestión y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya lo dejó claro este viernes: "No me resigno nunca, peleo hasta el último balón", además de remarcar la importancia de que el criterio del partido sea único.
La vicepresidenta se dirigió expresamente al jefe de la oposición ante la cita del próximo lunes del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que aprobará una senda de estabilidad que al día siguiente ratificará el Consejo de Ministros junto al techo de gasto para enviarlo al Congreso, y que también abordará la situación de la financiación autonómica. Montero reprochó la falta de uniformidad de criterio en el PP, que "defiende posiciones distintas sobre la financiación en función de los intereses de los territorios donde gobierna". "Es fundamental que el PP adopte una posición única como partido", demandó, ya que la ley que articularía este nuevo sistema de financiación sería votada en el Congreso, donde no votan los territorios, sino los grupos parlamentarios que siguen, por norma general, los intereses centrales del partido. Por ello, si el PP vota en contra de dicha ley, podría estar votando en contra de una medida que algunos barones territoriales del partido podrían llegar a apoyar por interés para sus propias regiones.
"Solo aprovechan el debate para la confrontación"
La vicepresidenta denunció este viernes que el PP no tiene una posición común y solo se vale del debate de la financiación para enfangar las cosas. "Es incapaz de consensuar dentro de su partido una posición que permita que al menos el PSOE se pueda sentar para discutir el modelo de financiación", lamentó, al tiempo que recordó que esta fue la primera propuesta que Pedro Sánchez le hizo a Feijóo en la legislatura. "Y la respuesta fue no, pero aun así nunca me voy a resignar a que el partido político que tiene más presencia en los gobiernos autonómicos se borre del debate de financiación autonómica porque Feijóo sea incapaz de plantear unas directrices comunes para todos sus presidentes", señaló Montero. El conflicto de intereses es claro: regiones infrafinanciadas en las que gobierna el PP tienen a sus presidentes clamando por nuevos modelos de financiación, pero el líder de la oposición insiste en negarse a su aprobación por el mero hecho de apuntarse un tanto contra el Ejecutivo.
Desde Baleares, Marga Prohens se ha convertido en el símbolo de la discrepancia en el PP sobre este tema, y el presidente catalán Salvador Illa le echó un capote. El socialista catalán viene rematando un acuerdo con Hacienda sobre los parámetros de la financiación singular de Cataluña, y esta semana viajó hasta Palma para reunirse con su homóloga balear y dejar claras algunas consideraciones: la primera, que "existe un amplio consenso de que el modelo de financiación necesita ser revisado y no responde a las necesidades reales y, por tanto, la necesidad de mejorar la financiación autonómica de acuerdo a las singularidades de cada territorio", y la segunda, que en concreto Baleares y Cataluña sufren un fuerte desfase, ya que son dos de las tres comunidades que más aportan a la caja común y son la novena y décima en cuanto a recepción de recursos. El principio de ordinalidad podría arreglar estos problemas, pero Prohens se opuso a las negociaciones bilaterales, insistiendo en la importancia de hacerlo multilateralmente. Illa insistió en la solidaridad catalana y en que "no había ningún problema en maximizar las cuotas de autogobierno".
Ante el CPFF del lunes, otras comunidades también se posicionaron en el debate. La valenciana, en plena tensión por la crisis de Carlos Mazón, reiteró que reclamará la urgente reforma del sistema de financiación y, mientras tanto, la creación de un fondo de nivelación que iguale a las regiones que están por debajo de la media, como es su caso. Dentro del PSOE, Page rechazó, al igual que Prohens, las negociaciones bilaterales y los privilegios que pueden llegar a implicar. Una cuestión con la que tocará hacer encaje de bolillos dentro y fuera de las formaciones políticas para sacar adelante un proyecto que termine por satisfacer a todos.
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