José María Lasalle, ex secretario de Estado de Cultura y de Sociedad de la Información en la Agenda Digital con el Gobierno de Mariano Rajoy, se ha mostrado muy contundente a la hora de hablar sobre el acuerdo que PP y Vox cerraban ya de manera definitiva el pasado lunes en Castilla y León y que permitía que, por primera vez en democracia, la extrema derecha formara parte de un gobierno.

“Yo he insistido en esto durante muchísimo tiempo con escaso éxito”, ha comenzado señalando en el programa Hoy por Hoy, de la Cadena Ser; para mostrarse después muy directo: “Con la extrema derecha no puede haber ningún tipo de diálogo, porque cuestiona los fundamentos de una democracia liberal. En Francia lo tienen claro los partidos que han aspirado a gobernar”.

En este sentido -y aunque el caso del país vecino en cuanto a política se refiere es diferente al nuestro, principalmente por la tradición del votante de extrema derecha- Lasalle ha explicado que los “cordones sanitarios” de Francia y Alemania “no son para evitar la intoxicación de un partido de centro derecha”, sino “para proteger la vigencia de la democracia frente a la toxicidad de normalizar discursos políticos que son contrarios a los valores democráticos”.

Precedente italiano

Lasalle ha apelado a la Historia para explicar los riesgos que pueden acarrear pactar con la extrema derecha. Es concreto, y aunque de nuevo el escenario es diferente, ha recurrido a la Italia de la década de los 90.

“En 1994, Berlusconi cometió el error político de pactar con la extrema derecha. Incorporó a su gobierno a la Alianza Nacional -heredera de Movimiento Social Italiano- y a la Liga Norte”, ha relatado. “Berlusconi encarnaba a través de Forza Italia el partido mayoritario de centro derecha”, recuerda.

Aunque explica que éste incorporaba “numerosos elementos populistas y que de ahí algunos consideran que arranca una parte muy importante del populismo que luego ha ido contaminando al centro derecha en Italia y a la derecha europea”, es muy relevante lo que cuenta a continuación: “Hoy Berlusconi y Forza Italia es una fuerza irrelevante dentro de lo que es el espectro político de la derecha italiana”.

“En estos momentos, el partido mayoritario es los Fratelli d’Italia con hasta un 20% de intención de voto y la segunda fuerza política es La Liga con el 18%. Forza Italia está en el 8%, es la quinta fuerza política. Esto es lo que tenemos que tener sobre la mesa” dice, cuando “no se perimetra claramente el aspecto ético que concurre ir de la mano de la extrema derecha”.

Así las cosas, el pasado lunes Alfonso Fernández Mañueco (PP) y Juan García Gallardo (Vox) ponían la guinda a su pastel político para gobernar la región con un programa que contiene leyes no exentas de polémica, como la de violencia intrafamiliar.