El cabreo mayúsculo de Esperanza Aguirre por la revelación de sus ingresos en 2013, que conocemos este miércoles no precisamente gracias a ella, tiene, como era de esperar, resonancia en Twitter, donde muchos recuerdan el caso Monedero, de quien también se conocieron sus datos fiscales y entonces la maquinaria no se puso en marcha para buscar el origen de la filtración.  La red social comienza a reaccionar a la resaca inicial tras conocer la nómina de la candidata popular a la Alcaldía de Madrid, que cobró 369.000 euros en solo un año de la empresa Seelinger & Conde.

 

 


 


 




También han dado que hablar las excusas de la popular, como su intento de utilizar a Wyoming para desviar la atención, algo que le ha costado un recordatorio muy obvio...