La solemne apertura de las Cortes Generales estuvo marcada por la polémica de los aplausos a los miembros de la Casa Real. El Gobierno al completo, incluyendo Pablo Iglesias, se levantó para ovacionar a Felipe VI, flanqueado en todo momento por la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Esta actitud no ha gustado nada al que fuera exportavoz de ERC en el Hemiciclo, Joan Tardà.

El exrepresentante de la fuerza independentista publicó en Twitter dos vídeos simultáneos para comparar momentos. En el lado izquierdo queda representado 2020, mientras que el derecho está reservado para el 2015. Ambos forman parte del mismo evento en tiempos diferentes y con actitudes diferentes, según denuncia Joan Tardà.

En la solemne apertura de las Cortes Generales del año 2016, tanto Iglesias como el resto de su bancada guardaron silencio y no aplaudieron al Jefe del Estado. Un hecho muy diferente al que se produjo el pasado lunes, cuando Iglesias, e incluso Alberto Garzón, se levantaron y dedicaron algunas palmas a Felipe VI. Contenidos, eso sí. “¿Había que aplaudir al Borbón?”, se cuestionaba el ex dirigente independentista.

Ovación casi total

Prácticamente la totalidad del hemiciclo, al menos de los presentes -hay que recordar que 49 diputados nacionalistas han rechazado postrarse ante la monarquía española (“Felipe VI no nos representa”)- se han levantado a aplaudir vívidamente la presencia del Jefe del Estado. También lo ha hecho Pablo Iglesias, así como los ministros de Unidas Podemos.

Sin embargo, no se han levantado los diputados morados con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Esta decisión ha sido adoptada, tal y como ha explicado esta mañana el partido, para no alimentar debates innecesarios ni dar ‘carnaza’ a la derecha. Han prometido hacer lo mismo que sus homólogos socialistas, y han cumplido su palabra.

Unidas Podemos prometió a lo largo de las negociaciones respeto y fidelidad al Gobierno de España, intentando que permanezca unido y no se creen dos Ejecutivos en uno, tal y como se temía internamente. Por ello, el respeto a la monarquía es una de las premisas más repetidas entre sus filas: ya lo hicieron al prometer su cargo, jurando “guardar lealtad al rey” y cumpliendo con los cánones establecidos sin ningún tipo de diferenciación propia.