La llegada de la Casa Real al Congreso de los Diputados era uno de los momentos más esperados de la apertura solemne de la Cortes Generales. Felipe VI ha comparecido acompañado de su mujer, la reina Letizia, y sus dos hijas, la princesa Leonor y la Infanta Sofía.

Prácticamente la totalidad del hemiciclo, al menos de los presentes -hay que recordar que 49 diputados nacionalistas han rechazado postrarse ante la monarquía española (“Felipe VI no nos representa”)- se han levantado a aplaudir vívidamente la presencia del Jefe del Estado. También lo ha hecho Pablo Iglesias, así como los ministros de Unidas Podemos.

Sin embargo, no se han levantado los diputados morados con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Esta decisión ha sido adoptada, tal y como ha explicado esta mañana el partido, para no alimentar debates innecesarios ni dar ‘carnaza’ a la derecha. Han prometido hacer lo mismo que sus homólogos socialistas, y han cumplido su palabra.

Unidas Podemos prometió a lo largo de las negociaciones respeto y fidelidad al Gobierno de España, intentando que permanezca unido y no se creen dos Ejecutivos en uno, tal y como se temía internamente. Por ello, el respeto a la monarquía es una de las premisas más repetidas entre sus filas: ya lo hicieron al prometer su cargo, jurando “guardar lealtad al rey” y cumpliendo con los cánones establecidos sin ningún tipo de diferenciación propia.

Actitud que no ha pasado desapercibida por el carácter contestatario demostrado por los morados, y especialmente por Pablo Iglesias, tiempo atrás. La última vez que Felipe VI presidió una apertura solemne de la legislatura fue en noviembre de 2016 -con Mariano Rajoy y el PP en el Gobierno-, y, entonces, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, actualmente dentro del consejo de ministros, decidieron no aplaudir al monarca e incluso criticar su intervención cuando finalizó.