Los intentos de la derecha para salvar a Ayuso tras su gestión frente a la crisis del coronavirus son múltiples. Después de intentar culpar a las medidas de seguridad implantadas en el aeropuerto de Barajas o de permitir la manifestación del 8 de marzo, Día de la Mujer, de la propagación del virus en Madrid, que en las últimas semanas es una de las regiones que más preocupa a nivel nacional, la derecha ha sacado un nuevo ápice del que tirar para librarse de la responsabilidad de la mala evolución del virus.
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado en la segunda sesión del debate sobre el estado de la región en la Asamblea de Madrid que los contagios se están produciendo por "el modo de vida que tiene nuestra inmigración": "Sobre todo, los contagios se dan en los distritos del Sur y se están produciendo, entre otras cosas, por el modo de vida que tiene nuestra inmigración en Madrid y también por la densidad de población de estos distritos y municipios". A lo que añadió que "es una forma de vivir en Madrid y por eso nosotros hemos hecho esos test serológicos en verano".
Después de estas cuestionadas palabras sobre la inmigración, Ayuso intentó explicarlo de mejor manera, aunque no con todo el éxito esperado: "No he hablado de los inmigrantes de manera racista y despectiva, es la supremacía y el juego de siempre de la izquierda. Es evidente que yo no he hablado de un problema contra los inmigrantes, jamás se me ocurrirá algo semejante y tampoco tengo por qué explicarlo. Lo que está claro es que el virus se ceba con familias que viven más personas juntas, en instalaciones pequeñas".