El pasado 2 de junio el actual jefe del Estado español abdicó a favor de su heredero el Príncipe de Asturias de acuerdo con lo establecido en nuestra Constitución. Este hecho ha generado múltiples reacciones lógicas en un país con un amplio espectro político, más abierto que nunca después de las pasadas elecciones al parlamento europeo. La reacción de las fuerzas mayoritarias, Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español, ha sido continuista con su apoyo a la Monarquía mientras otras fuerzas no tan minoritarias y emergentes han manifestado la necesidad de someter a un referéndum la continuidad de la Monarquía a favor de la República y por tanto de un sistema democrático de elección del jefe del Estado. Hasta aquí nada nuevo bajo el sol del Reino de España. La próxima semana se someterá a votación  la Ley Orgánica de sucesión de la Monarquía que cuenta ya con el apoyo declarado del PP, PSOE y UPyD por lo cual todo hace esperar su aprobación.


Como es sabido, en su última conferencia política el PSOE de nuevo aprobó, no exento de un amplio debate, el apoyo  a la Monarquía y se dejó en la cuneta a la República. Sin embargo, lo que sí quedo claro y así se recoge en la Resolución política, es la necesidad de adaptar a los nuevos logros sociales de la igualdad a la propio Institución de la corona proponiendo lo siguiente en su página 618, la cual cito textualmente: “Resulta necesario modificar la Constitución (art. 57.1 CE) para eliminar la preferencia del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona por suponer una discriminación por razón de sexo, salvaguardando expresamente los derechos sucesorios del actual Príncipe de Asturias. En coherencia con esta reforma, sería conveniente que la terminología de la CE acogiera también el género femenino en sus referencias al Rey y al Príncipe, haciéndolas extensivas a la Reina o a la Princesa. Es necesario también elaborar la Ley Orgánica a que se refiere el artículo 57.5 CE que ha de regular la abdicación y renuncia así como cualquier duda de hecho o de derecho en relación con el orden de sucesión, así como una que aborde la definición precisa del estatuto jurídico del Príncipe de Asturias”.

La dirección del Grupo Parlamentario Socialista debe ser coherente con la voluntad de las bases manifestada en la conferencia política y  con la lucha por la igualdad de género que ha caracterizado al PSOE donde en la primera legislatura del presidente José Luis Rodriguez Zapatero se reformó la Ley Orgánica de Régimen Electoral con el fin de que hubiera mayor proporcionalidad de sexos en las candidaturas y también se aprobó una Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres que promueve medidas en todos los ámbitos sociales, laborales y culturales con el legitimo fin de alcanzar la lógica igualdad por casi todos deseada, ya que no hay que olvidar que el PP interpuso, sin éxito, recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.

Por todo ello, la hoja de ruta del PSOE en cuanto a la igualdad está claramente marcada en su ideología, en su tradición, en su manera ser, en sus estatutos y en la Resolución de su conferencia política, por tanto obviar la igualdad de género en la sucesión a la Corona supondría una alta traición a la defensa de la igualdad que ha venido llevando el PSOE. No olvidemos que  el centro de la campaña para las Europeas fue la igualdad entre hombres y mujeres y el que los diputados y diputadas, senadores y senadoras que votasen a favor de una Ley Orgánica que da preferencia al varón frente a la mujer en el acceso a la Jefatura del Estado y que a todos los efectos constituye una discriminación dentro de los posibles beneficiarios, dado lo limitado del número de candidatos y candidatas, constituiría un obstáculo más para la efectiva igualdad entre hombres y mujeres. Hay que tener sentido de estado pero también sentido de la justicia. No hay igualdad sin libertad, ni libertad sin igualdad. En un momento histórico y trascendental como éste, no se puede volver a obviar de nuevo a las mujeres tal y como se hizo en el año 1978 apartado esta cuestión de la agenda política. Se debe dar libertad de voto a los senadores y senadoras, diputados y diputadas para que voten de acuerdo con respeto a un derecho humano fundamental como es la igualdad y la igual dignidad de las personas con independencia de su género para acceder a cualquier puesto público o privado. No se les pide a sus señorías una supererogación (acción ejecutada más allá del deber), ni que actúen como Rosa Parks o Jan Patocka, tan solo que aprieten un botón de acuerdo a los valores que representan y a quienes representan. Por todo esto no nos ha de extrañar que en las votaciones de la semana que viene muchos y muchas socialistas voten en conciencia por la IGUALDAD REAL.

Hermann Novotny es militante socialista y miembro de la Sectorial de Participación (Sectorial de la Diversidad) del PSOE