España amanece este martes con un nuevo Gobierno. Pedro Sánchez desgranó la composición de su Consejo de Ministros para “cuatro años”. El presidente presentó a un equipo de “alto perfil político” confeccionado para unos tiempos carentes de geometría variable. En Moncloa y en Ferraz saben de la dificultad que entraña la presente legislatura. Cada voto es oro en paño, máxime con la guerra de guerrillas a su izquierda, con Podemos levantado en armas contra la que en tiempos era la heredera de Pablo Iglesias. Desde círculos socialistas, a pesar de las eventualidades del camino, insisten. “Es un Ejecutivo sólido, para cuatro años de avances”, apuntan fuentes del Partido Socialista, que miran a un Partido Popular que “sigue en shock” por el resultado electoral y al que le exigen altura de Estado desde el minuto cero.

“Un Gobierno manchado por los acuerdos de la vergüenza contra la Constitución”. Con estas palabras ha despachado la composición del nuevo Ejecutivo de Sánchez el portavoz del Partido Popular. En la rueda de prensa habitual de los lunes, Borja Sémper afeaba al presidente que mantuviera a Bolaños en su equipo, a la par que aseguraba que Puigdemont sería un “vicepresidente sin cartera”, en alusión al pacto de PSOE con Junts que allanó el camino a otros cuatro años más de la coalición.

A ojos de los conservadores, se trata de un proyecto colmado por personas que “han alentado a la confrontación en lugar de al diálogo”. Minutos antes de la valoración de Génova, el presidente del Gobierno, desde Moncloa, anunciaba la composición de un Consejo de Ministros de “alto perfil político” y para cuatro años. Sánchez confía en que los 22 hombres y mujeres que conforman su gabinete están capacitados, precisamente, no sólo para “dialogar” y cerrar acuerdos, sino también para presentarlos a la opinión pública. Un recordatorio de la complejidad de la legislatura, aunque en Ferraz y Moncloa se muestran optimistas pese a la realidad de la aritmética parlamentaria.

“Es un gobierno sólido, para una legislatura de cuatro años en la que España va a seguir avanzando, tal y como decidieron los españoles el 23 de julio”, aseguran desde la cúpula del Partido Socialista, replicando el mensaje del presidente del Gobierno en la presentación de su gabinete. Ante ello, y a tenor de las palabras del portavoz popular, los socialistas lamentan en privado que sus principales adversarios han mostrado que “no han asumido” los ciudadanos les situaron “en la oposición”. “Siguen en shock, no muestran ningún síntoma de reacción tras su fracaso”, resumen fuentes del PSOE.

Condena rotunda de la violencia

En este sentido, estas mismas voces insisten en la necesidad de un viraje completo en Génova. “Deben asumir la realidad para tener un partido en la oposición que esté dispuesto a arrimar el hombro y abandone la política del no”, precisan los socialistas, que dibujan a un PP influido por el lenguaje de brocha gorda de Vox. De hecho, este mismo lunes Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en el diario El Mundo, ha acusado directamente a Moncloa de “alentar” los episodios de violencia y acoso sistemático a las sedes del Partido Socialista, especialmente a su cuartel general, situado en la calle de Ferraz de Madrid.

Un nuevo golpe de timón, tras guardar silencio y emitir tibios rechazos a la violencia callejera, que rechazan en el Partido Socialista. “Le exigimos al líder del Partido Popular que condene la violencia contra las sedes socialistas, contra los cargos y militantes, las amenazas en redes sociales a cualquier progresista que se atreve a discrepar del discurso ultra”, reclaman desde el cuartel general del PSOE, al tiempo que afea las palabras del propio Feijóo en las páginas de El Mundo. “No son tolerables ni propias de un demócrata”, rematan estas mismas voces.

Acto solemne del nuevo gabinete

Al margen de la vorágine “ultra” que Ferraz le atribuye al Partido Popular, este martes, los nuevos ministros de la coalición jurarán o prometerán su cargo ante el rey Felipe VI a partir de las 09:30 horas en el Palacio de la Zarzuela, según trasladan desde la Casa Real. Los 22 integrantes del Ejecutivo de Sánchez, quien ya prometió su cargo un día después de ganarse la confianza del Congreso de los Diputados, deberán cumplir con el trámite antes de tomar posesión de sus respectivas carteras.

El presidente del Gobierno ha confeccionado un Consejo de Ministros, en su mayoría, de carácter continuista y de “marcado acento feminista”. De nuevo, habrá más mujeres que hombres (12 por 10) en el gabinete de Sánchez. Muchos volverán a jurar el cargo que ya ostentan, como es el caso de las tres vicepresidentas – Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera-, mientras que para otros supondrá añadir nuevas competencias, como para la titular de Hacienda, María Jesús Montero, que será la cuarta vicepresidenta. También repiten los responsables de Exteriores, José Manuel Albares; Interior, Fernando Grande-Marlaska; Defensa, Margarita Robles; y Agricultura, Luis Planas. Por su parte, Félix Bolaños sumará a sus funciones la titularidad del departamento de Justicia, mientras que se despoja de Memoria Democrática.

Pilar Alegría será la nueva portavoz del Ejecutivo -amén de sus responsabilidades como ministra de Educación, Formación Profesional y Deporte-, en sustitución de Isabel Rodríguez, quien ahora asumirá la cartera de Vivienda y Agenda Urbana. Por su parte, José Luis Escrivá repite como ministro de Transformación Digital, mientras que la responsable de Ciencia se queda también con las competencias en Universidades.

Los nuevos ministros de la cuota socialista son Ángel Víctor Torres, que dirigirá la cartera de Política Territorial y Memoria Democrática; Jordi Hereu, que asume las competencias de Industria; Transporte lo encabezará Óscar Puente; Seguridad Social será para Elma Saiz e Igualdad para Ana Redondo. Por parte de Sumar, que ostenta cinco ministerios contando con Trabajo, Mónica García liderará el Ministerio de Sanidad; Ernest Urtasun, Cultura; Derechos Sociales, Pablo Bustinduy; e Infancia y Juventud, Sira Rego.