Todavía gestionando la resaca electoral que han dejado los comicios adelantados en Extremadura celebrados este pasado domingo y que han reelegido a María Guardiola como presidenta de la Junta y a falta de dos meses para acudir a las urnas en Aragón, este próximo 29 de diciembre el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, ofrecerá ante los medios de comunicación su balance del año político que ya termina en lo que se prevé como una nueva petición de elecciones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

De todo ello han informado este martes fuentes de la formación, quienes adelantan que el presidente nacional de los populares comparecerá para insistir en su idea de que la legislatura de Sánchez está “acabada” y el Gobierno, “colapsado”. Algo que no es nada nuevo por parte del gallego, quien en las últimas semanas ya ha acusado al jefe del Ejecutivo de tener “todos los récords de corrupción”. Sin ir más lejos, en la cena de Navidad del PP celebrada el pasado 15 de diciembre, el líder popular desglosó sus “cuatro propósitos de gobierno nuevo” en caso de que llegue a la Moncloa. Con ello, Feijóo avanzó una auditoría completa, la limpieza de las instituciones, devolver el dinero a los ciudadanos y gobernar “para la gente”, con el objetivo de abrir una etapa de “decencia, normalidad, esperanza e ilusión”.

En la misma línea, el presidente del PP apostó por un “cambio político que ponga fin a la asfixia fiscal y a la desmoralización de los trabajadores” y que garantice que “merezca la pena trabajar, vivir y convivir en España”, frente a un modelo que “usa a los ciudadanos como cajeros automáticos”. Algo que, según han adelantado estas mismas fuentes del partido, volverá a repetir en el balance del próximo lunes 29.

Tres citas electorales por delante y carta blanca a Vox

Sin embargo, esta cascada de acusaciones al Gobierno de España y promesas de un supuesto gobierno de los populares se produce en un contexto en el que dos autonomías gobernadas por el PP -Extremadura y Aragón- se han visto abocadas a las urnas de manera anticipada, además de Castilla y León que irá a elecciones el 15 de marzo y previsiblemente Andalucía, todavía con fecha por confirmar.

En el primero de los casos, Guardiola anunciaba la convocatoria el pasado 27 de octubre ante la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos autonómicos para 2026, algo para lo que el apoyo de Vox se tornaba imprescindible. Una decisión que contó con el amparo de Génova, desde donde defendieron que “ante la amenaza de bloqueo por parte de partidos que sustentaron la investidura de una presidenta pero que ahora complican la gobernabilidad de un territorio, hay que convocar elecciones”, en referencia a los de Santiago Abascal.

Sin embargo, la pescadilla vuelve a morderse la cola, ahora con más fuerza si cabe. Los resultados electorales de este 21D evidencian un potente auge de la extrema derecha, que ha conseguido 11 escaños en el parlamento autonómico, mientras que los populares de Guardiola tan solo han sumado un escaño más, con 29 escaños en total y a 4 de la mayoría absoluta. Esto es, pese a que la presidenta reelegida de la Junta convocó los comicios ante el bloqueo de Vox y para desprenderse de la dependencia de la extrema derecha, ahora no le queda otra que arrimar el hombro a los de Abascal, más aún con el repunte destacado de esta formación.

Paralelo al escenario que queda en Extremadura y pendiente de ver cuál es la siguiente ficha que Guardiola mueve en un tablero custodiado en buena parte por Vox, el próximo 8 de febrero será Jorge Azcón el presidente del PP que lleve a su autonomía a las urnas. Cuando restan dos meses para dicha cita, el presidente aragonés no ha dudado en abrirle la puerta a la extrema derecha, adelantando que, si se tiene que pactar con los de Abascal, no será él quien lo impida, siempre y cuando los pactos cumplan con unos mínimos requisitos “dentro de la legalidad”. “Tenemos que ponernos de acuerdo”, señalaba este lunes previo a la Junta Directiva Nacional del PP en Madrid.

Al hilo de ello, el presidente popular proseguía insistiendo en que ambas formaciones pueden encontrar un consenso mutuo para “rebajar los impuestos, mejorar la sanidad” o seguir el camino de los "miles de millones de euros de inversiones que vienen a cambiar la economía" aragonesa y que "vienen a hacer que Aragón sea un motor económico de este país liderando la transformación".

Con todo ello, en la primavera de este 2026 serán también Castilla y León -previsiblemente, el 15 de marzo- y Andalucía -con fecha por confirmar- las otras dos autonomías gobernadas por el PP de Alfonso Fernández Mañueco y Juan Manuel Moreno Bonilla, respectivamente, las que acudan a las urnas.

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