El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, llamará esta tarde al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, siguiendo así con su intento de buscar socialistas descontentos con la amnistía, condición sine qua non de Junts para apoyar a Pedro Sánchez.
De esta forma, el candidato a la investidura tratará de acogerse a un salvavidas en diputados díscolos entre las filas socialistas, pese a que, por activa y por pasiva, estos han negado que exista un mínimo indicio de probabilidad de que esa estrategia fructifique.
El camino a la investidura de Feijóo finalizará la semana que viene tras un mes de reuniones casi diarias que, no obstante, no han servido al dirigente popular para arañar ningún voto extra a la minoría que en su momento presentó al rey Felipe VI. Desde aquellas audiencias con el Jefe del Estado, el expresidente de la Xunta ha recibido un ‘no’ constante del bloque de la izquierda, así como de los nacionalismos vascos, catalán y gallego.
El líder del PP lleva a cabo este movimiento a escasos días de su examen, presumiblemente suspenso. Requiere de cuatro votos para que salga adelante, misión prácticamente imposible después de que únicamente Vox y UPN le hayan asegurado su 'sí'.
"Por cortesía"
La llamada no es baladí, ya que el presidente autonómico ha reconocido estar en contra de la concesión de la amnistía a los independentistas. Pero, eso sí, se dará en vano, pues desde el Ejecutivo autonómico ya han declinado que el responsable socialista en la región vaya a apoyar en ningún caso al candidato del principal partido de la oposición.
Page atenderá la llamada pero "por cortesía" y para "hablar de Castilla-La Mancha", y remitirá todo lo referente a la investidura al secretario general del partido. "No somos interlocutores ni para hablar, ni para negociar nada sobre la investidura. Eso le compete al secretario general del partido, que es Pedro Sánchez", señalan fuentes cercanas al barón socialista.
En este sentido, explican que "una cosa es fijar nuestra posición como Gobierno, que es nuestro derecho y nuestro deber, y otra muy distinta entrar en cuestiones que le competen al Parlamento de la nación".
Crítico con la amnistía
El presidente castellanomanchego es el único responsable autonómico del PSOE en ejercicio que ha criticado abiertamente la concesión de la amnistía a cambio de un apoyo en la investidura.
Por su parte, el presidente del PP sigue a cuatro votos de firmar su investidura. Algo que es poco menos que misión imposible dado que todos los partidos le han explicado ya cuál es su postura y los números no le dan. De ahí que recurra a quienes considera que puede acercarse de manera más fácil al estar en desacuerdo con la medida que más se ha escuchado en las últimas semanas. Eso sí, la llamada se quedará en eso, en una conversación que en ningún caso va a trascender a los intereses de Feijóo para los próximos 26 y 27 de septiembre.
La llamada de Feijóo se enmarca dentro de "ronda de contactos", según fuentes cercanas al propio candidato, que este mismo ha continuado en las últimas horas tratando de exhibir músculo con sindicatos -ayer fue el turno de CCOO-. Sin embargo, en realidad el líder gallego solo ha confiado en algún momento en atraer al PNV, de quien también ha recibido el portazo en todas sus variantes, desde el teléfono hasta el encuentro personal. El candidato de la semana que viene llamó al lehendakari, Iñigo Urkullu, que le remitió a la dirección del partido, mientras Andoni Ortúzar, presidente del EBB, le dio la negativa en una reunión que los dos mantuvieron en Madrid a principios del mes de septiembre. De hecho, el propio Aitor Esteban le ha cerrado la puerta en varias ocasiones.
Al igual que con Page, Feijóo lo ha intentado con otros presidentes autonómicos, aunque todos los que no son de su partido le han dejado claro de que el intento iba a resultar en balde. Los que más contundentes se mostraron fueron Adrián Barbón (Asturias), Pere Aragonàs (Cataluña) y María Chivite (Navarra).
