La renuncia de Manuel Marchena a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo ha supuesto un terremoto judicial, el enésimo este año. La decisión llega después de conocerse los mensajes de Whatsapp del portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, presumiendo de la "jugada estupenda" en su pacto con el PSOE para renovar el Poder Judicial y habla de que el PP lo ha hecho "controlando la sala segunda [la que juzga a diputados y senadores] desde detrás". La primera consecuencia es que el PP da por roto el pacto con el PSOE, pero han optado por culpar a los socialistas y al Gobierno, al que acusan de haber filtrado a la prensa los detalles de la negociación parlamentaria.

Mientras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aludido a los mensajes de Cosidó -que han provocado malestar entre los jueces y en el propio PP- y pedía a los conservadores que tuvieran sentido de Estado y no rompieran el pacto, el PP insistía en paralizar la renovación y pedir que se termine de tramitar la Ley Orgánica del Poder Judicial.

El más duro ha sido el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, entrevistado en RNE, que ha confirmado que dan por roto el pacto y que no habrá renovación "hasta que la ministra Delgado sea cesada" por ser "la más cuestionada". "Esa opción está rota y la culpa es del Gobierno por filtrar el contenido de las negociaciones, poner su nombre en la picota y dejarle en mal lugar", ha señalado Maroto.