Ha sido la propia empresa catalana la que ha advertido que la mesa de contratación de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), un organismo bajo el control mayoritario del Partido Popular, ha sido convocada “a toda prisa” para hoy, viernes, para analizar los informes elaborados por los técnicos internos de la entidad y presentar una nueva propuesta de adjudicación del contrato.

Incumplimiento de las cláusulas
Tras conocerse la convocatoria, Agbar presentó ayer mismo una solicitud ante la Emshi para que la mesa de contratación rechace la oferta de Aguas de Valencia. En un informe adjuntado a su solicitud sostiene que la oferta valenciana incumple el pliego de cláusulas administrativas, ya que ofrece solo 63 millones en inversiones de choque durante los cuatro primeros años de vigencia del contrato, cuando se exigen 70 millones. La empresa catalana, que se presenta al concurso en UTE con Rover y Alcisa, compromete 81 millones en inversiones.

“Arbitraridad” en dos informes
El pasado junio, el Tribunal Superior de Justicia valenciano anuló la anterior a favor de Aguas de Valencia por incorrecciones en los informes técnicos de valoración de las propuestas de las dos rivales. En concreto, el TSJCV señaló en su fallo que en el acuerdo de adjudicación de la Emshi se produjo una “arbitrariedad” al apoyarse en dos informes técnicos casi idénticos.

La convocatoria de hoy se produce después de que Aguas de Barcelona recurriera el pasado junio la interpretación que hizo la Emshi de la sentencia del alto tribunal valenciano. Agbar pide que no vuelva a adjudicarse el contrato hasta que se pronuncien los tribunales.

Disputas judiciales
La disputa entre los dos grandes operadores del agua en la Comunitat Valenciana –entre las dos controlan el 75% del negocio autonómico- se inició en 2008 tras elegir la asamblea de la Emshi a Aguas de Valencia como socio en la firma que iba a suministrar a la capital y a más de cuatro decenas de municipios de su alrededor.

La firma catalana asegura que perdió el concurso pese a que su oferta superaba en 18 millones los 63 que ofreció su competidora valenciana. Como respuesta, Agbar recurrió e inició un proceso judicial cuyo final podría volver a prolongarse si, como se supone, Agbar encuentra de nuevo posibles irregularidades en la nueva adjudicación.

Sospechas de la oposición
En medios de la oposición se interpreta que tras la decisión que adopte la mesa de contratación puede haber intereses ocultos que beneficiarían tanto a la empresa valenciana como a la propia Emshi, en la que el Partido Popular ejerce un fuerte control por su posición mayoritaria.

Aguas de Valencia está participada en un 60% por la empresa instrumental Agval, una alianza entre el Banco de Valencia y Fomento Urbano de Castelló (Fucsa) que preside Eugenio Calabuig, a su vez presidente de AVSA. Calabuig se encuentra inmerso en un proceso judicial a consecuencia de los negocios que mantenía con dirigentes de Bancaja y su filial Banco de Valencia.