La Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, planteó ante la Comisión de Justicia del Senado una buena propuesta para dar salida a los responsables de delitos de odio que se expresan en  las redes o en los medios de comunicación. Se trata de la Justicia Restaurativa.

Es decir, que el culpable purgue su culpa de forma constructiva. Que quien cometió el delito pueda entender, por ejemplo, mediante el trabajo para la comunidad, hasta qué punto dañó a otras personas. “Se trata de resolver un problema que se centra en el respeto al otro y a los derechos de los demás”. 

Dolores Delgado planteó en la Cámara Alta posibles vías de actuación, tras haber presentado la memoria de la Fiscalía, algo que no habían hecho otros Fiscales Generales. Realizó un análisis pormenorizado de los dos años pasados en la historia criminal de este país, ofreciendo alternativas y compromiso de trabajo.  

La Fiscal General del Estado reclamó un presupuesto propio para la Institución de manera que la autonomía sea real, para que los fiscales puedan llevar a cabo sus investigaciones sin necesidad de pedir fondos al Ministerio de Justicia. Su argumento central admite pocas dudas porque ”la autonomía del fiscal es la auténtica independencia”. 

Frente a su brillante exposición, resaltó la zafiedad del portavoz del PP, Fernando de Rosa Torner, quien pasó olímpicamente de los asuntos planteados por Delgado poniendo en duda su no subordinación al Ejecutivo. Se centró en preguntas ya conocidas (sobre el inevitable ex comisario Villarejo, sobre todo) e incluso se permitió hurgar en la vida personal de la Fiscal General del Estado.

El portavoz del grupo socialista, José María Oleaga, calificó de machista y grosera la intervención del popular y recordó su currículo en pocas palabras: Un magistrado que colgó la toga para trabajar con el ex presidente de la Generalitat Valenciana, el popular Francisco Camps, como Conseller de Justicia. También la vicepresidencia del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PP.

En su siguiente desempeño, ya reincorporado a la judicatura, presidió la Audiencia Provincial de Valencia. Cuatro años más tarde, en un sube y baja galopante, volvió a la política como senador del partido de Pablo Casado. Pero, ya se sabe, los jueces conversos del PP son expertos en dar lecciones de independencia a los demás.  

El portavoz del PSOE definió a Dolores Delgado como profesional altamente cualificada, experta en lucha contra la droga, el terrorismo y el yihadismo, comprometida a la vez con el servicio público y el ciudadano. Según subrayó José María Oleaga, le impresionó que, al tomar Delgado posesión de la Fiscalía General del Estado, pusiera a las víctimas por delante de cualquier otro interés.  

La justicia restaurativa, en opinión de la Fiscal General, es la que distingue a los progresistas, como ella, añado yo. El noble arte de la política se parece más a la actitud de Dolores Delgado que a la grosería que practican algunos con ocasión y sin ella.