Huevos rotos a la Ayuso, con muchos huevos y poca patata. La pizza Madonna Ayuso, con una bola de queso burrata y finas lonchas de mortadela trufada. La caña de España, para que nadie nos quite nuestra manera de vivir. Un menú de dos platos con bebida que se popularizó en la campaña electoral de las últimas elecciones de la Comunidad de Madrid y evidenció que el trío García-Iglesias-Gabilondo no tenía nada que hacer contra la disruptora santa patrona de los bares, su mensaje libertario, sus impuestos bajos y la popularidad propia de una dirigente ye-yé capaz de mandar a escribir columnas a un vicepresidente del Gobierno, dejar el currículum de quien le venciera en los anteriores comicios en los despachos del Defensor del Pueblo y firmar un contrato covid a la médico y madre líder de la oposición.

Este primer párrafo no es más que un resumen de la descripción realizada por la revista Politico Europe, proyecto simultáneo a la organización de noticias con mismo nombre en Estados Unidos, en su anual listado de las personas más influyentes del Viejo Continente. La cabecera divide en tres a las diferentes personalidades: hacedores (Olaf Scholz, Emmanuel Macron…), soñadores (Anna Hidalgo, Ursula Von der Leyen…) y disruptores, donde Ayuso, bautizada como la santa patrona de los bares, comparte listado con el hombre a batir, Viktor Orbán, el contrainsurgente, Donald Tusk, el alborotador, Ngozi Okonjo-Iweala, o la plaga, Alexander Lukashenko.

Politico Europe cree que Ayuso es la niña mimada de la derecha internacional por liderar la batalla frente a Pedro Sánchez, recuperar emblemas propios de la Guerra Civil bajo la dicotomía libertad frente a comunismo y convertirse en la extensión populista y europea del discurso desplegado por el expresidente de los EEUU Donald Trump.

Una acusación que se debe a la facilidad oratoria de la presidenta madrileña para ridiculizar a sus contrincantes en la Asamblea, tendencia en cada sesión plenaria o de control fijada en el parlamento regional: de los tirabuzones pijos de Mónica García cuando va a Telecinco a su perreo en la Ser, de la prohibición de los phoskitos a la legalización de los porros, de las dificultades del comunista para entender de economía a las del neandertal para dominar Internet; una cantidad de ‘ayusadas’ que la revista europea reconoce en un estilo “descarado y colorido, reaccionario”.

“De social media manager del perro de Aguirre, Pecas, a héroe nacional para los propietarios de pequeños negocios en Madrid”. Con este análisis simplista, y ciertamente jocoso para la izquierda española, empeñada en atribuir el efecto Ayuso al demérito intelectual del elector y no al propio, define Politico EU la trayectoria de quien aspira a más, como también reconoce la revista para desesperación de Pablo Casado: “Con el Partido Popular en proceso de cambio a nivel nacional y el gobierno del primer ministro Pedro Sánchez cayendo en las urnas, todos los ojos están ahora puestos en Ayuso en busca de cualquier señal de que esté buscando ascender a nivel nacional. Si lo hace, las elecciones nacionales a fines de 2023 (o mucho antes, si cae el gobierno actual) se volverán mucho más interesantes”.

O mucho menos, si atendemos a ciertas encuestas que se atreven a pronosticar el resultado electoral de una hipotética rivalidad Ayuso-Sánchez por las llaves de La Moncloa. La presidenta de la Comunidad de Madrid podría ser presidenta de España, algo que, a tenor de lo ocurrido, teme más el propio Casado que Sánchez. Influyente, según Politico EU; IDA, según la izquierda de 280 caracteres, gatillo fácil y excusas por doquier. Más vale que alguien empiece a tomarla en serio o el paternalismo moral de la huelga de juguetes, las bicifestaciones y las portavozas volverá a perder contra el pincho de tortilla, los dos dedos de espuma y las ganas de sumarse a la fiesta.