Los malabares del Partido Popular (PP) con Junts no cesan. La formación de Alberto Núñez Feijóo ha pasado en cuestión de meses de abrir la puerta a un acuerdo con Junts -algo que desde Génova niegan, no así, sencillamente porque les es imposible, los encuentros con los soberanistas- a llamarlos terroristas. El partido conservador ha comprado el discurso del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, pionero hasta el momento en el marco judicial a la hora de considerar terroristas a miembros de los independentistas, concretamente al expresident Carles Puigdemont.

Los pasos dados hasta el momento por Castellón y el Tribunal Supremo han encontrado el beneplácito de la derecha y la extrema derecha, pero no la izquierda a la izquierda del PSOE, que se ha pronunciado en términos muy duros en las últimas semanas, asumiendo que el magistrado es un “cargo más” del PP y que está practicando una “dictadura judicial” al emitir resoluciones con el objetivo de socavar la aprobación de la ley de amnistía, que tendrá que enfrentarse a un segundo trámite para poder salir adelante después de que Junts la tumbase la semana pasada al no incluir el PSOE sus enmiendas en el texto.  

Sin embargo, los socialistas se han mostrado respetuosos con la actuación de los jueces. El propio ministro de Presidencia, Félix Bolaños, decía tras aquella jornada no apta para cardiacos -pura política- no entender la postura del partido catalán, siempre confiado en que las negociaciones llegaran a buen puerto y, sobre todo, dejando claro que desde su partido respaldan las actuaciones de los jueces. Esta misma semana reiteraba que en Moncloa mantienen su compromiso con el poder judicial y que rechazarán las “descalificaciones” hacia ellos vengan de donde vengan.

Así, el propio Bolaños era protagonista en la primera sesión de control al Gobierno de Pedro Sánchez de la presente temporada -cabe destacar que enero es un mes inhábil-, al derribar la ofensiva de todos los diputados populares que, esta vez sí, no tuvieron reparo en tildar de terroristas a los miembros de Junts, a Puigdemont y a los integrantes de la causa Tsunami Democràtic. Pero, por partes y recuperando la cuestión que el ministro puso sobre la mesa. Una pregunta para tumbarlos a todos: ¿Los presuntos terroristas solo lo son para el PP cuando no apoyan a Feijóo?

Concepto de terrorismo de la derecha: de los altercador urbanos a un concierto

Hay que recordar que el PP se reunió con Junts para acercar posturas de cara a la investidura a la posteriori fallida del líder de su partido. ¿No importaba entonces Tsunami Democràtic? ¿Ha pasado Puigdemont a ser un prófugo a tiempo tiempo parcial a serlo a tiempo completo desde entonces? ¿Se ha dado cuenta ahora el PP de que las actuaciones en el marco del referéndum de 2017 y de años posteriores en Barcelona impedían que la gente pudiera “salir a la calle” como defiende Feijóo? 

Vaya por delante que en ningún momento se están justificando los disturbios callejeros ni defendiendo las actuaciones que algunos grupos perpetraron en la Ciudad Condal principalmente -aunque también en otras provincias- a partir del 1-O y en 2019 con la sentencia del procés, por cierto, mucha gente también se manifestó de manera pacífica. Cabe destacar, además, que en todas las protestas, del color que sean, tiende a contener acciones violentas. ¿O se nos olvidan los altercados de Ferraz?. ¿Podría aplicarse la misma vara de medir en las protestas de agricultores y ganaderos de la última semana? En cualquier caso, cuesta que Puigdemont, opiniones a parte, pueda ser considerado terrorista, por muy en desacuerdo que uno esté con sus políticas y actuaciones. Por cierto, que uno de los actos que García Castellón considera de una gravedad extrema obedece a un concierto durante la jornada de reflexión de las elecciones generales de 2019.

Es evidente que poco le importó al PP el fuego catalán después del 23J. La justificación del partido sobre las reuniones mantenidas con los soberanistas siempre ha sido la misma: nosotros hablamos con (casi) todos, pero nuestra dignidad nos impidió pasar ciertas “líneas rojas”. Se sobreentiende que esos límites tienen nombre propio. Por ejemplo Vox, que dejó claro desde el principio que en la ecuación no entraba su “sí” y el de Junts para hacer a Feijóo presidente.

“Aquellos días hablábamos con mucha gente de todo tipo que nos pedía qué podíamos hacer para llegar a un acuerdo y evitar que Sánchez continuara siendo presidente”, decía el concejal del PP en Barcelona, Daniel Sirera, quien redujera a “un café” la conversación del pasado mes de agosto. Con estas contradicciones, se da por hecho también que a la gente que sale a protestar los domingo o que incendiaba los aledaños de Ferraz estarían de acuerdo si los populares hubieran alcanzado la Moncloa aún con Junts a favor. Quién sabe.

En esta línea, hay que destacar que los encuentros con Junts contienen varios nombres. Sin ir más lejos el del vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, que se reunió con el secretario general de los de Puigdemont, Jordi Turull, en casa de un empresario de Pedralbes, según confirmaron fuentes independentistas a ElPlural.com -en las últimas horas, el líder de Junts volvía a abrir la puerta de las amenazas al PP en la Eurocámara, precisamente en esta línea-. Por aquellas fechas, el PP asumía que Junts es un partido “cuya tradición y legalidad no están en duda” al estilo de cuando Feijóo habló del "encaje" de Cataluña

“Actos de terror”, “kale borroka”, incluso “terrorismo urbano”, también -pero no en referencia a un partido político que no fuera Bildu, sí a grupos como los CDR- han sido los calificativos que el PP ha ido situando en la órbita del independentismo catalán. Hasta este miércoles, cuando traspasaron todas las líneas no sin encontrar, eso sí, la respuesta del responsable de Presidencia, que vapuleó, uno por uno, a todos los diputados del PP que intentaron atacar al Ejecutivo por la Ley de Amnistía.

Bolaños explica a Gamarra qué es España

Así, la mayoría de las intervenciones de esta semana en el hemiciclo se focalizaron en atacar al Gobierno en general y al presidente del Ejecutivo y el ministro de Presidencia en particular. Empezó Cuca Gamarra quien no mencionó expresamente el término terrorismo, aunque sí centró su discurso en la medida de gracia a los catalanes: “Cada vez que anuncian una línea roja, la única duda que tenemos es cuánto tiempo tardarán en traspasarla (…) Toda la acción de este Gobierno está orientada a amnistiar a cientos de personas, mientras condenan el presente y futuro de 48 millones de españoles. Mientras se encargan de apaciguar a Puigdemont, vemos cómo las costas canarias están desbordadas por las llegadas de inmigrantes. Llevan años sin ocuparse del problema del agua y ahora en Cataluña hay una situación de urgencia. O podemos hablar de la situación que viven los agricultores y ganaderos, porque no hay mayor desigualdad que gobernar para unos pocos en perjuicio de casi todos”.

A continuación, Bolaños le mostraba la realidad plurinacional del Parlamento y el país: “Mire este Parlamento. Gente que piensa distinto, diputados que hablan lenguas diferentes, personas que vienen de grupos políticos distintos… Esto es España. Le gustará o no, pero esto es España. Y, por tanto, ninguno de los grupos políticos que estamos en esta Cámara tenemos el suficiente apoyo para tomar decisiones por nosotros mismos. Y tenemos que hacer una cosa que, fíjese, es revolucionario: acordar, hablar, dialogar, negociar. Y ustedes esto no lo entienden, y como no lo entienden, tengo que decirles que no entienden España. Para ustedes acordar, dialogar, es ceder, es arrodillarse, es humillarse… ”, dijo, y añadía: “¿Se humillan ustedes ante Vox cuando pactan los gobiernos autonómicos?.

“¿Se humillan ustedes cuando pactan con Vox?”

Una línea más dura siguió el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, quien sí hizo alusión expresa al “terrorismo”. “Hace unos días el presidente decía que lo que había hecho el independentismo en Cataluña no había sido terrorismo. Se ve que ahora también es juez. ¿Si aquello no fue terrorismo, a qué viene el empeño de su Gobierno a incluir el terrorismo en la ley de amnistía?”, preguntaba.

Como no podía ser de otra manera, encontró la respuesta del responsable de Presidencia, quien recordaba que el “lamentablemente”, en nuestro país “sabemos muy bien qué es el terrorismo” y pedía al PP, de manera directa, que “pare” de “banalizarlo”. “De tanto banalizarla, la palabra en su boca no vale, no significa nada, porque hace más de diez años que la democracia española venció al terrorismo. Es una desgracia para nuestro país que el PP sea incapaz de hacer oposición sin utilizar el terrorismo”.

“Usted afirma que hubo terrorismo. ¿Me puede decir por qué después de las elecciones se reunieron con partidos que hoy consideran terroristas para lograr la investidura del señor Feijóo? ¿O esos partidos que hoy son terroristas, en verano no lo eran? ¿O es que son terroristas todos los que no les apoyan? ¿Somos todos terroristas por no apoyar la investidura del señor Feijóo? Ese es el cinismo del PP. Lo que ocurrió en 2019 en Cataluña fue grave desde todos los puntos, pero no fue un fenómeno terrorista. Ustedes lo saben, ¿por qué entonces no lo calificaban como terrorismo? Se avergonzarán de relacionar el proceso independentista y el terrorismo como hoy se avergüenzan de lo que le dijeron al presidente Zapatero y al ministro Rubalcaba por acabar con ETA”, añadía.

“Son traidores y terroristas cuando no les dan los votos”

El diputado Rafael Hernando regresaba al Congreso señalando que “no es el presidente del Gobierno ni el ministro de Presidencia quién dice si hubo o no terrorismo” y se centraba en las presuntas relaciones entre el expresident de la Generalitat y el Kremlin, contra lo que Bolañas traía a colación la Operación Cataluña en la que sí está demostrado que el PP fabricó pruebas falsas para ir contra políticos independentistas.

La situación en Cataluña ahora está infinitamente mejor que cuando llegamos al Gobierno, pero ya que tienen también problemas con los grupos catalanes. Si son tan traidores a la patria, si son terroristas, ¿por qué se sentaron con ellos en verano? (…) O son traidores y terroristas o ustedes se sientan con quien haga falta y les llaman traidores y terroristas cuando no les dan los votos. Los españoles dijeron que se quedaran en la coalición ultra cuatro años más”, contestaba Bolaños

“Cataluña está mejor ahora. España nos ha dado cuatro años para abrir una nueva etapa”

Elías Bendodo también dijo que Bolaños agrupa alrededor de él “todos los poderes”, cargando contra el “linchamiento” a los jueces y centrándose en la reforma de ley de enjuiciamiento criminal. “Los jueces cuentan con nuestro respaldo”, subrayaba por enésima vez el ministro de Presidencia. “Con nosotros no va a haber campañas contra jueces porque no opinen como nosotros, ni contra el TS como el señor Feijóo. Lo que pasa con nosotros es que las instituciones se respetan, no como con ustedes; con policías patrióticas”.

“¿Por qué eliminó el Gobierno la sedición, abarató la malversación y ahora va a modificar la ley de enjuiciamiento criminal?”, insistía Bendodo diciendo que Moncloa es una “sastrería a medida”. “No comprenden el funcionamiento de una democracia”, lamentaba el responsable de Presidencia. “Se avergüenzan de todo lo que protagonizaron, pero la amnistía va a funcionar, por eso Cataluña está mejor ahora. España nos ha dado cuatro años más para abrir una nueva etapa”

“Un país más habitable”

El diputado Sergio Sayas, por su parte, preguntó “qué es un país más habitable” para el PSOE, y Bolaños le contestaba con los datos económicos en la mano y destacando que “la convivencia hoy en Cataluña está garantizada y no celebra referéndums ilegales”: “Se cumple la Constitución y la ley - mientras ustedes- cambian de chaqueta”.

Para Sayas los partidos independentistas han dado un “golpe a la Constitución” y practicado el “más aberrante de los totalitarismos”, mientras el resto de los españoles “vivimos peor”: “Son protagonistas de una entrega que rinde al Estado y someten a todos los españoles porque consideran que pisotear la Constitución está bien para mantenerse en el poder (…) Quienes les apoyan pueden vivir impunemente saltándose la ley mientras que los que denunciamos somos fachas”.

“Un país más habitable es aquel el que hemos reducido la temporalidad a la mitad con la reforma laboral contra la que ustedes votaron, que reduce en cinco años un 20% la brecha salarial y que hoy en Cataluña menos del 10% de la población cree en una salida unilateral (…) Menos habitable es aquel en el que la derecha se abraza a la ultraderecha”, destacaba Bolaños.

Álvarez de Toledo: "Terroristas catalanes amnistiables; vascos no"

La diputada del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, volvió a la carga en su tono más ultra, mismo calificativo con el que después ella misma se referiría a Bolaños en redes sociales. Ella también tachó de terrorismo los actos de Cataluña en 2017 y 2019.

“¿Quién decide si una violación de derechos es light o no? Gracias a ustedes ya hay dos tipos de terrorismo. El que va contra los derechos humanos y el que te da siete votos para permanecer en el Gobierno”, señaló Álvarez de Toledo, relacionando la ley de amnistía con ETA: “¿Cómo va a afectarlos? A los terroristas con delitos de sangre es más complicado, aunque todo se andará, pero a los etarras que colaboraron con extorsión y amenazas, ¿por qué no? ¿O van a derogar el principio de igualdad también para los terroristas? Amnistiables catalanes, no amnistiables vascos”, apuntaba desde la tribuna, cerrando con ello el círculo de los derroteros que ahora, parece toma el PP. Un escalón más en su intento de desprestigio, en su catastrofismo y en la que es la verdadera política del "todo vale".