Si alguno pensaba que la crisis del coronavirus –que acumula ya 12.418 muertes y 130.759 contagios solo en nuestro país- significaría una especie de tregua político en pos de remar todos juntos para superar cuanto antes esta situación límite, la extrema derecha no ha tardado mucho en hacernos caer del error. Vox no ha dudado en aprovechar la delicada coyuntura de España y del mundo a raíz de la Covid-19 para propagar con más fuerza que nunca su discurso de odio contra todo lo diferente.

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Un mensaje con un destinatario especial: el Gobierno de España. La formación ultraderechista ha cruzado cualquiera barrera al acusar al Ejecutivo central liderado por Pedro Sánchez de ser “responsables” de las muertes del coronavirus, con el presidente de los ultras, Santiago Abascal, a la cabeza. Incluso, algunos dirigentes y simpatizantes de Vox han ido a más y han llegado a proponer públicamente un golpe de estado del Rey y el Ejército.

En este sentido, para que el mensaje cale, la extrema derecha ha puesto a toda la maquinaria del fango a funcionar a toda velocidad. Por ello, han vuelto a intoxicar las redes sociales de bulos y amenazas con el objetivo de sacar rédito electoral a esta situación.

Prueba de ello es la advertencia que la Policía Nacional ha realizado este domingo, después de que la aparición de un millón y medio de cuentas en redes sociales relacionadas con el coronavirus y que no pretender otra cosa que difundir noticias falsas para manipular a la opinión pública. Un hecho que José García Molina, subdirector general de Logística e Innovación de la Policía Nacional, ha tildado en la rueda de prensa posterior a la reunión del comité de seguimiento de la pandemia de “grave riesgo” puesto que solo “busca crear alarma social”. “Evitemos ser víctimas de su manipulación”, ha añadido.

Cuentas en redes sociales (especialmente en Twitter) que siguen el mismo modus operandi basado en dos acciones muy simples. En primer lugar, hacerse eco y difundir noticias falsas creadas por medios afines a Vox como Caso Aislado o bien por periodistas que simpatizan con la formación ultra como Luis del Pino, quien ha llegado a impulsar (con poco éxito) una cacerolada diaria contra Pedro Sánchez y el Gobierno. En segundo lugar, estos usuarios no dudan en acosar y tachar de mentirosos y un sinfín de descalificativos similares a cualquier profesional que ose ofrecer una información que no case con su visión de la realidad del país y del coronavirus. Unos vituperios que son especialmente deleznables cuando en el centro de la diana se encuentra una persona del sexo femenino.

Por poner un ejemplo, desgraciadamente hay miles, la periodista Ana Bernal denunciaba este domingo dos mensajes machistas irreproducibles de dos usuarios simpatizantes con la extrema derecha. “Para ser quien soy nunca he tenido que recurrir a esto, pero estos ataques son a diario en Twitter. Cazas a periodistas. Si son mujeres, mejor, y feministas, mejor aún, que siempre nos pueden poner de putas”, lamentaba la profesional.

Hay que recordar que la cuenta oficial de Vox en Twitter, que acumula ya casi 400.000 seguidores y que no duda en lanzar continuos mensajes que rozan la ilegalidad, fue suspendida recientemente (en concreto, el 21 de enero) durante un largo tiempo por un delito de odio y la formación ultra solamente pudo recuperarla –para informar sobre el coronavirus- después de borrar el mensaje que había generado toda la polémica, en el que acusaban al PSOE de “promover la pederastia”.

Por último, pese a la excepcionalidad de la situación de España por la crisis del coronavirus, conviene señalar que esta forma de actuar de Vox lleva repitiéndose día a día desde que la formación ultraderechista irrumpiera en el tablero político en las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre de 2018. Desde entonces, este patrón se ha ido potenciando en cada cita electoral, y les ha llevado a situarse como la tercera fuerza política del país, solamente por detrás de PSOE y Partido Popular, con 52 escaños.