Desde que descubriera América en 1492, la historia negra que emana de Cristobal Colón se ha visto ampliada con el paso de los años hasta llegar a nuestros días. Así, la figura del genovés y su actuación en el continente indígena han generado un porcentaje similar de defensores y detractores del que fuera gobernador de las Indias.

Estos días Colón ha vuelto a ser el centro de debate, sobre todo en Estados Unidos, donde grupos de activistas han derribado varias estatuas construídas en su honor como símbolo de protesta por la muerte de George Floyd a manos de un policía el pasado 25 de mayo. En concreto, los principales ataques se han producido en Richmond (Virgina), Saint Paul (Minnesota) y  Boston (Massachusets). Los dos primeros "Colones"  fueron despojados esta semana de su base de granito y el último decapitado.

Su personaje ha sido aceptado históricamente entre las élites conservadoras y, en cierto modo, apropiado por la derecha y extrema derecha con el paso de los años.

Dentro de nuestro país, Santiago Abascal (que todavía no se ha pronunciado acerca de estos hechos) ha centrado varios de sus discursos en el navegante. En 2014 y con el partido aún en pañales, el líder de Vox ya se fotografiaba junto a otros compañeros frente a una estatua de Colón en Huelva.

En la misma línea, en febrero del año pasado Abascal posaba junto a Casado y Rivera en la plaza de Colón (Madrid), lugar donde apenas ocho meses después convocaba una nueva manifestación para protestar contra la situación que se estaba viviendo en Cataluña. Este año el portavoz de extrema derecha ha utilizado la misma plaza para descalificar al gobierno de Pedro Sánchez en plena crisis del coronavirus.

Ya fuera de España, el presidente de Vox se ha fotografiado junto a la estatua de Colón en Washington: "Recordando la herencia de España en las calles de Washington. Aunque algunos intenten menospreciarla o destruirla, la contribución de grandes personajes de la Historia de España como Isabel la Católica, Bernardo de Gálvez o Cristobal Colón sigue vive", publicaba en su viaje a la capital estadounidense.

Las protestas raciales por Floyd se han extendido durante las últimas semanas, provocando actos similares a los aquí expuestos en diferentes partes del mundo. Así, por ejemplo, un grupo de activistas británicos retiraba de las calles de Bristol la polémica estatua del comerciante de esclavos Edward Colston quien, en los siglos XVII y XVIII alcanzó una gran fortuna con este negocio, entonces legal.