Primero fue el Foro Judicial Independiente; después, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria y ha culminado su camino en Murcia, en la clausura del XXXVII Congreso de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM). El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños se ha empeñado en confrontar con las principales organizaciones de togados conservadores del país cara a cara; sin miedo a una encerrona que en su última parada de la gira se ha convertido en casi un juicio sumarísimo. A domicilio y sin apenas apoyo, ha desplegado el blindaje a sus reformas judiciales frente a una andanada de ataques sin cuartel de la presidenta de la APM, María Jesús del Barco, jaleadas por todos los presentes en el simposio Justicia independiente, garantía de democracia.
La receta no ha sido muy diferente a las de los actos anteriores. “Vengo a ser escuchado”, arrancaba el ministro, como ya hiciera frente al FJI y a la Asociación Judicial Francisco de Vitoria. El ambiente, sin embargo, no le ha concedido demasiado margen a un Bolaños que, pese a todo, ha despachado con elegancia los ataques furibundos de los ponentes, que percuten en su cerrazón a las reformas para la modernización de un sistema no sólo desactualizado sino anquilosado en el siglo XIX – reiteraba -.
Abrió el aquelarre jurídico-conservador la presidenta de la asociación en cuestión, María Jesús del Barco, quien trufó su alocución de andanadas directas al Ministerio de Justicia bajo la atenta mirada del vicepresidente del Tribunal Supremo, Dimitry Teodoro Berberoff; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, Manuel Luna; y el fiscal superior de la región, José Luis Díaz Manzanera, al margen del resto de miembros de la organización que asistieron al evento. Arrancó con una queja hacia los políticos que ejercen “una intromisión que quebranta” el nivel de respeto que se le presupone a la Justicia e incluso afeó a Bolaños que no atiende “nuestras demandas y reivindicaciones”. “Me temo que nos oyes, pero no nos escuchas”, replicaba al “vengo para que se me escuche” que lleva por bandera el ministro.
Bolaños: "Efectivamente, como decía Chus, no puede evitar que le caiga bien: vamos a ver si conseguimos algo, además de que cada uno dé su opinión"
Barco profirió amenazas veladas hacia el ministro tras elaborar un discurso contra la “polarización” que se vive en España y que evita un Pacto de Estado por la Justicia: “Aunque publiques en el BOE que es de noche, todos saldremos a la calle y veremos que el sol brilla”. Un mensaje en absoluto amigable que aderezó con acusaciones al ministro de “machirulo” por constatar una realidad; que no es sino que el 57% de la carrera judicial son mujeres. “No nos vendas el relato de que los jueces somos unos privilegiados”, destacó, antes de concluir con un ligero chascarrillo para rebajar la tensión al garantizarle que no pedirán su dimisión porque “a ver si va a venir uno y te va a hacer bueno”. “Para atentar contra nuestra independencia, nos vas a tener de frente”, remató.
Datos vs relatos y amenazas
Aun con todas las lindezas que Barco puso sobre la mesa, el ministro Bolaños no abandonó su habitual tono sosegado. “Efectivamente, como decía Chus, no puede evitar que le caiga bien: vamos a ver si conseguimos algo, además de que cada uno dé su opinión”, arrancaba el responsable del ramo, recogiendo el guante de la presidenta de la APM e instando a los togados conservadores a abandonar la obcecación y abrir un espacio para el consenso. Insistió en que su principal intención era “ser escuchado” y se mostró “convencido” de que al menos “en alguno de los aspectos” a tratar concluyan que “no parece que este señor quiera acabar con el Estado de Derecho ni la independencia judicial”. “Tenemos que escucharnos y llegar a grandes acuerdos”, proclamaba, desde la diplomacia.
En democracia se puede respetar una sentencia y discrepar con respeto de su fallo, sin deslegitimar ni a la Justicia ni a ningún tribunal. Eso ha hecho el Presidente y eso hago yo.
— Félix Bolaños (@felixbolanosg) November 28, 2025
Así he querido dejarlo claro hoy en el XXVII Congreso Nacional de @juecesAPM. pic.twitter.com/0LOpzQlSr9
De ahí, Bolaños pasó a la ofensiva, con un blindaje a sus reformas tras “décadas de inacción” ante un sistema “obsoleto” que lo que hace es “cronificar” los problemas “de toda la vida” de la Justicia. “Si reformamos, podremos acertar totalmente, en parte o poco; pero, si queremos acabar con esta cronificación, tenemos que abordar reformas”, insistía el ministro, que no desdeñó la endiablada aritmética parlamentaria que, a la postre, complica la tramitación de nuevas iniciativas. Más ahora en un escenario de ruptura con Junts; aunque acepta que es el Congreso que “votaron los españoles”.
Siguiendo el esquema habitual, abordó anteriores reformas que no cayeron bien entre la judicatura, pero que hoy en día no sólo se aceptan y defienden, sino que son un “consenso”. “La obligación de un ministro es intentar mejorar la Administración”, apostilló el titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, que repasó el bloqueo al que el PP sometió al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) durante cinco años. De hecho, aquí se detuvo por un instante, al precisar que el acuerdo “no fue fácil”, pero llegó gracias al papel de la APM en la negociación. “Digo con orgullo que me dejé la piel, pero fuisteis clave”, agregó.
Al contrario de lo que expresan desde la APM, entre otras asociaciones conservadoras, Bolaños garantiza que ninguna de sus reformas atenta contra la independencia judicial. Incluso ha insistido en que ésta no corre ningún riesgo, máxime cuando no hay organismo supranacional que la ponga en cuestión. El ministro dio un paso más allá y llegó a recordar a los asistentes que los propios jueces puntúan con un 9,2 sobre diez su nivel de independencia en la encuesta realizada por la Red Europea de Consejos del Poder Judicial. Entiende la “discrepancia” en un sistema democrático, pero siempre con “respeto” y “argumentos” sobre la mesa.
Al margen de blindar la Ley de Eficiencia, aportando incluso datos de la Región de Murcia, ha defendido la Ley Orgánica de Ampliación y Fortalecimiento de las Carreras Judicial y Fiscal, así como la Ley Orgánica de Enjuiciamiento Criminal (LOECrim), destacando la transparencia que desplegará sobre la primera y el rediseño de un proceso penal “con más de 140 años de historia” para amoldarlo a los parámetros europeos. Así, desmarcándose de las “campañas” que le atribuye la presidenta de la APM y negando unas declaraciones que “no son ciertas”, ha lamentado las críticas que han recibido sus proyectos legislativos sin que se hayan aportado datos que refuten las iniciativas o que expliquen por qué ponen en peligro la independencia judicial. “Son una oportunidad histórica que, sin duda, deberíais valorar”, abrochó.
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