El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha desfilado por la Convención Nacional del Partido Popular luciendo una buena sintonía con Pablo Casado. No han sido pocas las loas que se han regalado durante la hora de charla en el escenario de Villa Luisa (Sevilla). Ambos han dibujado un bosquejo de la España actual en tonos oscuros y cuasi apocalípticos. El exdirigente de la fuerza conservadora aportó su diagnóstico y no parece halagüeño a su modo de ver: “España es un país desordenado y necesita orden”.

La intervención de Aznar ha avanzado sobre las cuatro crisis coexistentes en España según Pablo Casado: económica, territorial, institucional y social. Hechas las presentaciones, ambos se han prestado a una disertación que ha esbozado, de manera pormenorizada, el retrato actual del país y, pese a que se le ha escapado en el momento de análisis económico, Aznar recuperó el elevado precio de la luz para regar los oídos del respetable con su tesis: “España necesita orden. Es un país desordenado”.

El expresidente del Gobierno ha lamentado las medidas que el Ejecutivo de coalición ha tomado con respecto a la luz. “No se pueden hacer más tonterías que las que están haciendo”, ha espetado Aznar, quien ha ironizado sobre el apelativo de “Gobierno” que recibe “lo que sea que es aquello de Moncloa”.

Cierre de filas

Génova puede respirar tranquila. O al menos en lo relativo a la guerra interna con Isabel Díaz Ayuso por el PP de Madrid. En la dirección nacional preocupaba y mucho la intervención de Aznar en la Convención, sobre todo después de que Esperanza Aguirre reabriera la herida y situara en la esfera pública las cuitas internas. Génova y Sol mantienen en privado una guerra a la que no se ha querido sumar - esta vez - el expresidente del Gobierno. 

Aznar, como el resto de los ponentes que han desfilado por los diferentes escenarios, ha cerrado filas en torno al actual líder de la oposición. "Tú vas a ser presidente del Gobierno y lo vas a hacer bien, además", deslizó un sonriente Aznar, quien auguraba un futuro brillante al que otrora fuera su pupilo. 

Aznar mete en un lío a Casado

En materia económica, Aznar ha abordado el truculento asunto de las pensiones, un tema que al Partido Popular le ha costado más de un quebradero de cabeza desde que Casado se opusiera a la revisión de las pensiones en función al IPC. Los conservadores se erigieron como el epicentro de las críticas a pesar de la bajada de revoluciones de Cuca Gamarra el martes.

El expresidente del Gobierno ha empujado a Casado de nuevo hacia el precipicio, introduciendo el escabroso sistema de pensiones actual. Considera que el avance del país pasa por una reforma del sistema de pensiones, amén de otra en el marco laboral. “Cada día oigo una ocurrencia distinta con el sistema de pensiones, que estaba bien encaminado”, comenzaba el ex líder del Partido Popular, quien ha remarcado que el sistema actual “no es sostenible”.

“Ni plurinacional ni la madre que los parió”

Aznar ha endurecido el tono sobremanera en cuanto Casado ha dado paso al bloque de crisis territorial. El expresidente del Gobierno se ha erigido como el principal baluarte constitucional, situando a su partido como fieles escuderos de la Carta Magna frente al desafío “golpista” o “separatista”,

“Es el problema más grave que tenemos”, aseguró un Aznar que calentaba ya motores. “España es una nación. No siete. Es una nación, constitutivamente plural, pero una. Tampoco es un Estado plurinacional ni multinivel ni la madre que los parió”, ha espetado el ex jefe del Ejecutivo.

En este sentido, Aznar ha reprochado a Pedro Sánchez tener como socios a “quienes quieren romper el país”. “¿Qué autoridad tiene el >Gobierno sobre el resto de la nación”, se ha preguntado el expresidente, quien concluye con la reivindicación del español, “lengua común según dice la Constitución”, sobre el resto de lenguas cooficiales.