Alvise Pérez, el famoso propagandista y difusor de bulos de ultraderecha, vive sus horas más bajas. La misma semana en que Twitter le ha cancelado su cuenta de manera perpetua, Alvise ha intentado, sin éxito, organizar un acto político con Javier Negre en Valladolid, en plena capital de Castilla y León y en mitad de una de las campañas electorales más reñidas tras los últimos tiempos. El último portazo se lo ha dado el hotel Felipe IV, ocasión que ambos han utilizado para orquestar una acusación de censura de manera preventiva y que han resuelto plantándose con un megáfono a la puerta del hotel ante una decena de seguidores, que han ido subiendo durante la performance y que ha llegado al centenar durante su procesión hasta la Plaza Mayor de Valladolid.

Esta mañana, a las 12:25 minutos, Alvise utilizaba su última herramienta de propaganda, su canal de Telegram, para avisar de que si su acto en el hotel Felipe IV también se cancelaba “será la más visible demostración de que este país es ya Venezuela”. Lo cierto es que, en ese momento, el evento llevaba ya más de dos horas cancelado

Algo que ha podido comprobar este periódico en el mismo hotel Felipe IV, en la calle Gamazo, donde se nos ha confirmado que el evento estaba cancelado por “problemas logísticos y de infraestructura”. Eran las 12:35 horas, 10 minutos después del mensaje de Alvise en Telegram. Pero ElPlural.com ha tenido acceso al correo donde se comunicaba la cancelación a Javier Negre, enviado a las 10:11 minutos. También el recibo de banca de Unicaja que certificaba la devolución de los 1.815 euros pagados por Javier Negre, un reintegro que se realizó a las 11:01 horas. 

hotel felipe iv

 

El del Felipe IV es el último de una serie de rechazos que han sufrido Negre y Alvise esta semana para el acto político con el que el propagandista vinculado a la extrema derecha pretende seguir su campaña contra el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente. Una campaña de presuntas injurias con publicidad que ha llevado la Fiscalía a los tribunales, haciendo suya la denuncia que interpuso el PSOE en septiembre. 

Antes del Felipe IV, Alvise y Negre recibieron el portazo de los padres agustinos. Ambos aseguraban haber contratado los servicios del Museo Oriental, pero esta institución puso a manos en evidencia al confirmar en sus redes sociales que no era cierto. El local contratado era de la orden de los agustinianos, pero no estaba relacionado con este “espacio cultural en el que no se realizan este tipo de eventos”. 

Aún así, la orden canceló el evento porque “consideran que no es acorde con el ideario y los principios que defienden”. Y aclararon que, frente a las reiteradas acusaciones de Negre y Alvise, “la comunidad de agustinos no ha recibido presiones del Ayuntamiento ni de ninguna otra institución para cancelar el acto”. 

Algo similar ocurrió con su siguiente opción: el teatro Zorrilla. La gestión de este espacio cultural es semipública y la programación de martes y miércoles está reservada a la Diputación de Valladolid. Desde el teatro informaron a Negre y Alvise de que podían disponer del espacio siempre y cuando fuera el organismo político quien lo permitiera, por ser en martes, pero no contaron con el aval. Algo que volvieron a achacar a “presiones de Óscar Puente”. El problema es que Puente es del PSOE y la Diputación está presidida por Conrado Íscar, presidente del Partido Popular en la provincia vallisoletana.

La cancelación pues no parece responder a motivos partidistas, aunque sí políticos, por una parte, y de orden público, por otro. En plena campaña electoral, ni siquiera la Diputación de Valladolid y el partido que la gobierna, el PP, quieren mezclarse con Alvise y Negre. Y en la esfera privada había preocupación por la deriva que podía tomar el acto y cómo podía afectar a la imagen del hotel dada la cadena de cancelaciones recibidas con anterioridad. Esto último está por ver cómo se resuelve, dado que Alvise y Negre se han plantado con un par de decenas de seguidores a las puertas del hotel Felipe IV con un megáfono, a los que se ha sido sumando más gente a lo largo de su procesión hasta la Plaza Mayor, donde se ha congregado un centenar de personas.

alvise libro

Alvise, sin cuenta de Twitter

 
Alvise no vive sus mejores momentos. El difusor de bulos ha visto cómo Twitter cerraba por enésima vez, y parece que de forma definitiva, su cuenta donde congregaba a más de 200.000 fieles seguidores de sus bulos, mentiras y medias verdades. Esta decisión ha venido después de que el tuitero amenazase con empezar a publicar los nombres, apellidos, rostros y domicilios de los trabajadores de Radio Murcia, del grupo Prisa. Era su particular venganza por la información de esta emisora donde revelaba la identidad de uno de los protagonistas del asalto al Ayuntamiento de Lorca, donde la Policía Local ya había señalado la existencia de hasta cuatro delitos. Sin embargo, Twitter canceló su cuenta al incumplir las normas que prohiben tanto las amenazas como la revelación de datos personales y privados de particulares. Alvise se quedaba así con una de sus principales herramientas de difusión de bulos y en la actualidad depende de su canal de Telegram, donde agrupa algo más de 100.000 seguidores, la mitad de los acumulados en Twitter.