Tras las polémicas de la semana pasada, Cayetana Álvarez de Toledo vuelve a mostrar su contrariedad con las decisiones que toma su partido. El PP votó a favor en la reunión de la Mesa de la suspensión de la actividad parlamentaria. Mientras tanto, la portavoz conservadora alega que “en tiempos de guerra el Congreso no se cierra” e incrementa las críticas internas en Génova.

El positivo por coronavirus de Javier Ortega Smith y la situación en la que se encuentra inmerso el país llevó al Congreso de los Diputados a cancelar todos la actividad para esta semana. La Mesa del Congreso lo acordó con la Junta de Portavoces, no sin antes contar con los votos favorables del Partido Popular.

Una decisión que no le ha gustado a Cayetana Álvarez de Toledo, que insistía en un monográfico de Pedro Sánchez en el pleno de esta semana porque el Congreso “no se cierra ni en tiempos de guerra”. Así lo expresó la portavoz parlamentaria de los populares, que abogaba por la reapertura de la Diputación Permanente, siguiendo el ejemplo de Ana Oramas.

El presidente del Gobierno compareció en la tarde del martes, pero no le resultó suficiente a Álvarez de Toledo. Tampoco se dio por satisfecha con la comparecencia del Ministro de Sanidad, Salvador Illa, que se celebrará el jueves en comisión. Considera que Sánchez debe acudir a la Cámara a “ejercer el liderazgo” para contribuir a “paliar el sentimiento de miedo e incertidumbre que tienen muchos ciudadanos”.

La conservadora considera que “el miedo y la incertidumbre” se finiquitan con “información y verdad”, alegando que esa comparecencia parlamentaria que desea es una oportunidad para que Gobierno y oposición mantengan un debate “de altura” y “con grandeza” en la sede de la soberanía nacional de manera “adulta y madura”.

Pero su partido, al igual que el resto de formaciones y, por ende, grupos parlamentarios, se negó a que la actividad en la Cámara Baja no se cesara con el brote de coronavirus. Pese a las directrices de sus superiores, Álvarez de Toledo mantenía la insistencia en que Sánchez “tomara el control de la crisis”. “La democracia no se pone en cuarentena”, apostilló.

La soledad de Álvarez de Toledo

La pasada semana, tras los ataques de la portavoz parlamentaria a La Sexta, se vislumbró el aislamiento que padece en Génova. Varios pesos pesados del partido, incluyendo barones, salieron al paso de sus polémicas declaraciones y desacreditaron sus palabras contra “la libertad de expresión”.

Alberto Núñez Feijóo fue uno de los populares que alzaron la voz contra Álvarez de Toledo. El gallego, inmerso en plena precampaña electoral, censuró los ataques de la portavoz parlamentaria y la instó a “cambiar de canal” si lo que dice una televisión no le gusta. Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, mostró su respeto a la “libertad de expresión y de prensa”, aislando aún más a la conservadora.

Pero también Cuca Gamarra, que mostró su “total respaldo” a la libertad de expresión. De hecho, la vicesecretaria de Asuntos Sociales del Partido Popular también profundizó en las diferencias ideológicas con su colega al asegurar que su partido estaría en la manifestación feminista del 8 de marzo. Álvarez de Toledo, por supuesto, se negó y armó otro lío fijando a Iglesias y Montero en su particular blanco.