Este martes el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha anunciado que el partido dejará la sede nacional del PP situada en la calle Génova 13 y cambiará su ubicación para romper con el pasado y la corrupción. Según ha argumentado, "no deben seguir en un edificio cuya reforma se está investigando en los tribunales", en alusión a la supuesta caja b del partido.

Así lo ha asegurado en su intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP, convocado para analizar los malos resultados de las elecciones catalanas del domingo, que achaca a la "tormenta perfecta" contra su partido y factores como el "despliegue" con la declaración del extesorero Luis Bárcenas y que, a su juicio, les ha provocado un "coste electoral tremendo".

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Una decisión que ha defendido el portavoz del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aunque se ha distanciado de Casado y ha subrayado que con esta decisión los populares “no reconocen” que la sede se haya pagado con dinero negro: “Simplemente está inmerso en un proceso judicial y en una cuestión de ejemplaridad se ha tomado una decisión adecuada”.

Una defensa a ultranza de la decisión de Casado de mudarse de sede que choca radicalmente con lo que pensaba Almeida hace cinco meses sobre el asunto. En concreto, el alcalde de la capital era preguntado el pasado 15 de septiembre en ‘La Hora de La 1’ sobre este planteamiento, tras las revelaciones en torno a la ‘operación Kitchen’. Y Almeida lo descartaba de manera rotunda: “No entiendo la necesidad de que el PP tenga que cambiar su denominación ni su sede”.

“Los que formamos parte del PP estamos muy orgullosos del PP. No vamos a permitir la deslegitimación del PP […] ¿Alguien le preguntó al PSOE si se iba a dejar de llamar PSOE cuando organizó la guerra sucia contra ETA desde el Gobierno?”, se preguntaba entonces Almeida.