Si uno piensa en un partido urbanita, es inevitable que a la cabeza se le venga la imagen de Ciudadanos, con sus candidatos pulcros como pinceles y sus atuendos a medida. Un traje del que el partido de Albert Rivera parece querer desvestirse de cara a las próximas elecciones. Tras el fallido fichaje de Silvia Clemente en Castilla y León, pucherazo mediante, el propio Rivera ha tenido que arremangarse y bajar al barro rural, con una visita a Sayatón, un pueblo de 50 habitantes de la Guadalajara desolada por la despoblación.

El particular viaje a la Alcarria de Rivera de este lunes estuvo plagado de imágenes icónicas con la fuerza visual que tiene ver a una mascota vestida de persona. Es cierto que Rivera rebajó su look dandi -famosas son ya sus americanas celestes o a cuadros- y se enfundó una chaqueta de punto azul marino, abotonada sobre una camisa aguamarina. Incluso aparcó los zapatos clásicos, que sustituyó por unos botines marrones, pero era imposible sacudirse esa imagen de chico de ciudad que visita el pueblo de los abuelos en las fiestas de guardar.

Esfuerzos no le faltaron por parte de su anfitriona, María Ángeles Rosado, la agricultura que se hizo viral a lomos de su tractor al denunciar la falta de ayuda al medio rural y a la España que se vacía gota a gota en beneficio de las ciudades. Con Rosado, Rivera se mantuvo la habitual charleta reposada que ha protagonizado con otros cabeza de lista de Ciudadanos. Pero aquí, los modernos muros de viga vista fueron sustituidos por los surcos de la tierra labrada y los sillones de diseño nórdico se habían convertido en dos recias sillas castellanas que multiplicaban el gesto de incomodidad de Albert Rivera.

Allí, Rivera abundó en sus medidas electorales para la España interior. Ya las había adelantado la semana de antes, en un desayuno informativo en Burgos, en la Castilla y León que tenía que liderar Silvia Clemente, la tránsfuga del PP a quien los agricultores conocían por llevar la cartera del ramo y a la que ni un pucherazo consiguió poner al frente de Ciudadanos en la comunidad. A saber: tarifa plana para las mujeres rurales, que solo pagarán 30 euros de cuota de autónomos, rebaja del 60% del IRPF en zonas despobladas, fin del impuesto de sucesiones en explotaciones agrarias y mucha banda ancha.

El presidente de Ciudadanos Albert Rivera se sube a un tractor en su visita a Sayatón (Guadalajara) a la candidata de Cs al Congreso de los Diputados por Guadalajara
El presidente de Ciudadanos Albert Rivera se sube a un tractor en su visita a Sayatón (Guadalajara) a la candidata de Cs al Congreso de los Diputados por Guadalajara María Ángeles Ros

"Queremos un país donde haya las mismas oportunidades tanto si vives en un pueblo como éste como si vives en la Diagonal de Barcelona o la Castellana de Madrid", dijo Rivera antes de volverse a la capital en coche. Eso sí, el trayecto de 600 metros que separaba las tierras de labranza de la plaza del pueblo lo hizo a bordo del tractor de Rosado, un John Deere de 140 caballos al que miraba como el que toma los mandos de una nave espacial.

El voto de la España vacía

En las elecciones de 2015, Ciudadanos consiguió en Guadalajara uno de los tres escaños posibles, pero lo perdió en la repetición electoral de 2016. No son pocos los analistas que señalan que es en las provincias despobladas donde se decidirán estas elecciones. Cuenca, Guadalajara, Ávila, Segovia, Teruel… regiones que se sienten abandonadas por la Administración y que dan muy pocos escaños, pero donde el sesgo del sistema electoral hace que los votos a los partidos minoritarios se queden sin representación. Pablo Casado lo sabe e insiste en rogar a Vox que no presente listas electorales aquí para evitar la fragmentación del voto. Está por ver si el roto de la ultraderecha es menor que el descosido naranja con su renacida querencia por el beatus ille.