Ángel Garrido, un día después de pasar por sorpresa del PP a Ciudadanos, robó protagonismo a Albert Rivera en el desayuno informativo de Fórum Europa con el presidente de la formación naranja. Se sabía observado. Al llegar, señaló que se sentía con su nuevo grupo de amigos "estupendamente". Tenía un asiento reservado en un lugar destacado de la mesa principal junto con Ignacio Aguado, Begoña Villacís y José Manuel Villegas, entre otros.
Muchas de las preguntas que le hicieron versaron sobre el fichaje de Garrido. "Yo vivo en un país libre. Por eso, fundamos Ciudadanos. A mí me vino gente del PP y el PSOE a decir que estábamos locos cuando lo fundamos. Cuando creció, se fue sumando gente de la sociedad civil. Éste es un país libre. Yo pregunto a esos partidos que se desinflan si saben el motivo. ¿Por qué gente tan válida como Soraya Rodríguez o Garrido se va a Ciudadanos? Qué se pregunten que han hecho mal", respondió. Les recomendó a los demás un minuto para pensar qué han hecho mal. "Este es el gran partido de centro político en España. Cuando gobernemos, muchos más votantes vendrán a este proyecto", matizó. Manifestó que no se tachó de tránsfugas a los que dejaron UCD y se marcharon al PP. Esquivó de esta manera a contestar cómo podría afectar esta incorporación a un posible pacto con el PP. La organización invitó a Garrido a intervenir y éste declinó la oferta.
Albert Edmundo Bal, abogado del Estado y candidato de Ciudadanos por Madrid al Congreso de los Diputados, presentó a Rivera. Contó cómo, en la primera reunión que mantuvieron, le llamó la atención que le sirviera un café, que no se lo pidiera a ningún asistente. "Hace las cosas por él mismo. Se ha educado en una cultura del esfuerzo", destacó del presidente de Ciudadanos. En su intervención central, Rivera pidió a Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno y candidato socialista a La Moncloa, que respete la democracia y que "no rodee al Congreso cuando Ciudadanos gane". "Necesitamos que el señor Sánchez pase a la oposición y abramos una nueva etapa. Sánchez hace el boca a boca a las dos Españas. Intenta sobrevivir", aseguró. Subrayó que "quien divide una sociedad no puede gobernar" y que eso es, según sus palabras, lo que le está pasando a Sánchez. Afirmó que él sería el presidente de todos los españoles.
Rivera añadió que las etiquetas "de izquierdas" o "de derechas" ya están obsoletas. Declaró que, "si hay un escaño más para que Sánchez y Pablo Iglesias se marchen a la oposición, habrá cambio", dejando abierto el pacto de las tres derechas, con los de la foto de Colón. Ante la cuestión de si pactaría con PP y VOX, hizo hincapié, no obstante, en que "el Gobierno de España estará formado por Ciudadanos, y espero, por el PP". No compartió las propuestas de VOX y certificó que "los tripartitos no son una buena idea". Pero, el rechazo no fue rotundo.
Prometió igualmente hacer todo lo que Mariano Rajoy no hizo en su mayoría absoluta. "Dejemos de pelearnos por los huesos de Franco y por el aborto. ¿Podemos hablar de Educación, de innovación, de una Administración pública eficaz y moderna? Dejemos de mirar al pasado", planteó. Acto seguido, abogó por lograr en la próxima legislatura pactos de Estado. Recordó que la Transición fue un "pacto de renuncias". Se mostró "sin mochilas", para hablar con todos, excepto con los que quieren "dinamitar" España. Habló de su proyecto de país, en el que "la igualdad será el faro que nos guíe". "España tiene 47 millones de identidades, la de cada individuo", sostuvo para criticar el nacionalismo. Vaticinó que "les va a ir igual de bien que en Andalucía a los que insultan a los que llevan la bandera de su país". Insistió varias veces en el ejemplo de Andalucía, donde Gobierna el PP con el aval de Ciudadanos y de VOX. Indicó que lo que nos lastra en España es echarse en cara la corrupción y el paro, el y tú más instalado en la política, que lo que hay que hacer es luchar contra la corrupción y el paro. Propuso una "ley anti-dedazo". Repasó su programa.
Para él, la clave es construir "un proyecto ganador", con "talento". Lo dijo un día después de fichar a Garrido, que fue presidente de la Comunidad de Madrid con el PP tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Se dirigió en su intervención central a él por primera vez en el desayuno informativo tras mencionar a Aguado y antes de citar a Villacís. La conclusión de Rivera es que todo lo que hace es "en legítima defensa", por su hija y por los hijos de los demás. Se vio "haciendo historia" el próximo domingo.
