La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dejó en el aire su opinión sobre la continuidad de Pablo Casado al frente del PP. Preguntada por si el líder conservador debería dimitir, aseguró que se lo tenía que pensar, pero parece que ya tiene clara su postura: “Tiene que dimitir”. Así lo ha asegurado en una entrevista concedida a El Confidencial, donde, además, relata un encontronazo con Teodoro García Egeatomando un vino” en su casa.

Pablo Casado ha perdido el beneplácito de Esperanza Aguirre y, a su juicio, no puede seguir al frente del Partido Popular, pero no solo por la manifestación del domingo, sino “por las acusaciones” que vertió contra Ayuso en la entrevista con Carlos Herrera. La exlideresa pensaba que el jefe de la oposición nada tenía que ver con “este montaje”, pero levantó sus sospechas un titular de un periódico en el que se indicaba que “Ayuso no puede ser presidenta del PP de Madrid porque la presidencia de Aguirre fue muy mala para el partido”.

A partir de entonces, la expresidenta madrileña llama a Casado para pedirle que rectificase y le amenaza con “salir”. “Me contesta desde Berlín y me asegura que no está de acuerdo con esas afirmaciones y le llamaría Teo para rectificar, porque fue la mejor etapa del PP de Madrid”, asegura en la entrevista Aguirre al tiempo que recuerda que “empezó en política” gracias a ella.

La llamada de Egea se convirtió en una visita a la casa de la expresidenta a “tomar un vino”. Cuando ésta le preguntó si rectificaría en sus declaraciones, pero él “se pone como un loco a decirme que el PP de Madrid está enfermo”. Le mostró el mensaje de “su jefe” y la escena acabó como “el rosario de la aurora”. Además, según Aguirre, le reconoció que no quería ser secretario general, sino “portavoz parlamentario del partido”.

Aguirre escribió a Casado tras su encuentro y le reveló que García Egea “se está cargando el partido” para que intercambiara los roles con Cuca Gamarra y esta asumiera la Secretaría General del partido. Asimismo, la expresidenta de la Comunidad de Madrid asegura que el plan de “Teo” siempre ha pasado por “estar preparado por si Pablo no ganaba las generales o, si las ganaba y no gobernaba, poder salvarse él y entregar el partido al que venga”. “Casado es un hombre de honor y si sufre otra derrota, se va”, apostilló.

Congreso inminente

La opción de la dimisión o cese de García Egea no impedirá una convocatoria del Congreso nacional, aunque Aguirre ha relatado que hasta hace poco “creía que Casado tenía una posibilidad de seguir al frente del partido”. Alude al libro de Cayetana Álvarez de Toledo para hacer mención a un pasaje en el que desveló que Casado le trasladó que él tenía “delegado” el poder del partido en la figura de Teo. “Eso no lo ha hecho ni Aznar ni Rajoy… Nadie”, ha abundado.

Pero Aguirre no se ha mostrado tan convencida a la hora de señalar al sucesor de Casado. La exlideresa ha defendido que en estos momentos no se está hablando aún de candidato a la presidencia del Gobierno y ha abogado por un cambio en los estatutos para volver a la fórmula previa al congreso de Valencia. En aquel momento, ser presidente del partido no implicaba automáticamente ser “candidato” a las generales. “Esto lo cambió Rajoy para no tener que someterse dos veces al filtro del partido”, ha destacado.

Al mismo tiempo, Aguirre creía que Casado podría ser el candidato del PP, pero desde la entrevista en la que apuntó hacia la comisión que percibió el hermano de Ayuso, “tengo mis dudas”. La expresidenta regional defiende que no se trata de una “comisión” per se y tampoco es real “esa cifra”.

Carromero, el “mayor traidor”

A quien salva de la quema es a José Luis Martínez-Almeida. Su heredero en el Ayuntamiento es un “tipo estupendo”, pero nunca ha estado en el partido y “no sabe nada de ellos”. “Él es un abogado del Estado y se ha dedicado a eso, a preparar su carrera”, resalta Aguirre, quien tilda de “magnífico orador” y “persona extraordinaria” al primer edil de Madrid.

Sin embargo, el principal problema del alcalde es que “le colocaron a Carromero en un puesto” de 92.000 euros anuales. A la que fuera mano derecha de Almeida lo califica como un “intrigante” que pasaba las horas del día en la “planta séptima de Génova”. “Yo lo heredé en el grupo del PP cuando llegué al Ayuntamiento y ha sido el mayor traidor que he tenido”, ha destacado.  De hecho, ha recordado que Carromero le “traicionó” porque siempre buscaba “acercarse al poder” que, en esos momentos, recaía en manos de Cristina Cifuentes.