La manifestación de Colón de este domingo contra los indultos que el Gobierno central pretende conceder a los políticos del procés ha vuelto a derivar en un baño de masas de Vox y su presidente, Santiago Abascal. Al igual que sucedió hace más de dos años, la formación ultra ha vuelto a canalizar el malestar de una parte de la sociedad, frente a un Partido Popular y un Pablo Casado que han optado por mantenerse en un segundo plano, evitando rivalizar en todo momento con la extrema derecha, y que han sido objeto de críticas por parte de los asistentes.

Gritos de “presidente, presidente” han acompañado desde su llegada a Colón a Abascal. Unos vítores que el dirigente de la formación ultra ha aprovechado para usar a su favor y cargar contra la tibieza del PP y la evidente división que ha generado en las filas populares la manifestación. “Esta plaza de Colón, a la que volvemos una vez más, sin miedo y sin vergüenza a ningún tipo de foto”, ha señalado el presidente de Vox. “La foto que avergüenza a todos los españoles es la del Gobierno de la nación fotografiado, gobernando y sostenido en el poder gracias a todos los enemigos de España, del orden constitucional y de las libertades. Esa es la foto que más pronto que tarde expulsará con indignidad al presidente del Gobierno del poder”, ha añadido.

Una imagen de victoria que ha contrastado con la dura jornada que ha tenido Casado, quien ha recibido varias acusaciones de “traidor”. Además, el líder del PP de nuevo ha estado eclipsado por Isabel Díaz Ayuso, que ha dado un paso más en su ofensiva contra los indultos y ha retado directamente a Felipe VI. “¿Qué va a hacer el rey? ¿Va a firmar los indultos?”, se ha preguntado la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Las descalificaciones sobre el líder popular no han cesado en el recorrido que separaba a la plana mayor del PP hasta Colón. Momentos de tensión que han derivado en una pelea entre un simpatizante del PP y un crítico que, megáfono en mano, condenaba las políticas de Casado y las constantes concesiones al nacionalismo de los presentes en Génova, 13. Teodoro García Egea, visiblemente molesto, hacía aspavientos con el brazo pidiendo que se apartasen y no enturbiasen la cita con riñas internas. Ayuso, sonriente, disfrutaba de la ovación cerrada que le concedían los presentes con cada paso que la acercaba a los 25.000 asistentes -según cifras de la Delegación del Gobierno de Madrid- que se han dado cita pese al calor, la desorganización y el coronavirus para abarrotar una plaza de Colón que ha vuelto a lucir como antaño.

Inés Arrimadas tampoco ha querido perderse la cita, enfrentándose así al fantasma de Ciudadanos y repitiendo la estrategia fallida de un Albert Rivera que hizo de su partido un cero a la izquierda en el tablero político. De nada ha valido su trabajo frente al nacionalismo en el Parlament, ni la condición de partido catalán de Ciudadanos, ya que la líder naranja y su pléyade cercana han tenido que soportar el chaparrón y poner buena cara frente a los seguidores de PP y Vox que les aventuraban un final próximo: “Vas a durar dos telediarios”. Predicciones acompañadas de una metáfora convertida en realidad, ya que Ciudadanos, a la carrera tras sus dos competidores en el bloque de la derecha, ni siquiera ha conseguido llegar a la plaza de Colón ante la multitud de personas que impedían el paso.

Sin embargo, no solo Casado y Arrimadas han sido objeto de críticas. Los asistentes, envalentonados, la han tomado con medios como el propio ElPlural.com y laSexta, increpando a los profesionales por estar haciendo su labor y profiriendo toda clase de insultos sin que los organizadores de la manifestación o la policía intervinieran.

Sin foto, con minuto de silencio y apartidista

Silencio por bandera ha sido la premisa de Unión 78 -organización convocante- a lo largo de las últimas semanas. Los periodistas desconocían cómo se desenvolvería la cita, más allá de que no habría foto de los líderes de PP, Vox y Ciudadanos en el escenario. Finalmente han sido tres los oradores en un acto que ha durado alrededor de una hora -tras más de 30 minutos de retraso por el fallo de un generador-.

La impaciencia de los presentes se ha saldado con gritos de gente que hacía notar su desesperación. Más de 30 grados de calor seco en el centro de Madrid que solo ha dejado de ser protagonista cuando un nuevo generador se dirigía hasta el escenario entre aplausos y escoltado por furgones policiales. El escritor Andrés Trapiello ha sido el primero en tomar la palabra: “Estoy aquí por coherencia con lo que pienso, por respeto a mí mismo y porque es un acto de utilidad pública. Esto sí que es una manifestación de utilidad pública, y no los indultos a los golpistas criminales hoy en prisión”.

“Nos dicen que lo de Colón es cosa de la ultraderecha. Aquí hay personas de derechas, de centro y de izquierda, pero estamos de acuerdo en unas cuantas cosas importantes. La más importante es la defensa de nuestro orden constitucional. Somos diferentes, mestizos de pura cepa, y no estamos aquí para debatir programas, ideas o estrategias. Hemos venido convocados por Unión 78 para decir ‘no’ a los indultos”, ha explicado, poniendo de relieve que la manifestación ha sido convocada por la sociedad civil y no por ningún partido político.

Mensaje que chochaba diametralmente con las siguientes críticas al Ejecutivo: “A ver si lo entienden de una vez: nadie es facha por decir lo mismo que decía el presidente del Gobierno hace unos meses. ¿Qué ha cambiado para que los indultos fuesen indeseables hace unos años y ahora sean imprescindibles? En los años de la Guerra Civil, Antonio Machado explicó esto que debe recordar Sánchez cuando se siente en la mesa con los independentistas: «De aquellos que dicen ser gallegos, catalanes o castellanos antes que españoles, desconfiad siempre, suelen ser españoles incompletos de quienes nada grande puede esperarse». No habla Machado de buenos o malos catalanes, de buenos o malos vascos, no, sino de los distintos que quieren vivir incompletos”.

Le ha seguido en la palabra Yeray Mellado, presidente de S’hacabat (Se ha acabado), una organización joven y denominada como constitucionalista que lucha contra la doctrina nacionalista en Cataluña. “Hoy estamos haciendo historia juntos. Esta manifestación debe ser un punto de inflexión para Moncloa, que debe darse cuenta de que la gobernabilidad no puede recaer sobre ERC, Compromís, el partido de Sabino Arana y los hijos del terrorismo de ETA. Jóvenes de España, uníos. Jóvenes de España, a las calles. Jóvenes de España, el futuro nos pertenece. ¡Visca la llibertat y viva España!”, ha vociferado, cediendo así el testigo a la protagonista de la cita, Rosa Díez.

“Gracias por acudir a esta llamada. Españoles de bien, somos la inmensa mayoría de la buena gente que hay en este país. Los indultos representan un grave atentado contra la democracia. ¿Dónde se ha visto un Gobierno que premie a los enemigos de su nación? ¿Dónde un Gobierno decidido a sobrevivir al precio de destruir la justicia y el imperio de la ley? Sánchez ha puesto la justicia en venta y eso los españoles de bien no lo vamos a consentir”, ha arrancado la exlíder de UPyD.  

“¿Desde cuándo los conflictos políticos normales se resuelven legitimando a quienes quieren romper la convivencia entre ciudadanos? No vamos a permitir que Sánchez amnistíe de forma encubierta al golpismo catalán. Es un Gobierno excluyente, sectario y peligroso. Los españoles sabremos salir adelante. Españoles y unidos, juntos, trabajando por la libertad, la democracia y la igualdad”, ha sentenciado, dando paso a un minuto de silencio acompañado de un toque de trompeta desafinado por los fallecidos a causa de la COVID-19 que ha servido de cierre a otra manifestación histórica que ha servido para medir el pulso a las tres derechas.