Las delegaciones de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y EH Bildu se han reunido este viernes en Barcelona a fin de comentar una posible "posición conjunta" en la investidura de Pedro Sanchez. Encabezados por Gabriel Rufián y Arnaldo Otegi, sendas formaciones han analizado los pormenores de la estrategia negociadora emprendida por el presidente del Gobierno en busca de conformar una mayoría progresista de cara a la investidura. 

Después de que este jueves se conociera que lo presos de Junts per Catalunya (JxCat) estarían dispuestos a estudiar una hipotética abstención que facilitara que la aritmética sonriera a los intereses socialistas, sus homólogos redactan un documento común en el que dejan la decisión sobre el tejado del líder socialista: "Las delegaciones de ERC y EH Bildu recuerdan que el posicionamiento de sus formaciones depende de Pedro Sánchez y de lo que quiera hacer, de si quiere apostar por el diálogo y la negociación o prefiere mantener alejado de actitudes y posiciones democráticas", redactan en un documento común al que ha tenido acceso ElPlural.com.

Y es que, a pesar de que una mayoría a favor de Sánchez gracias a los nacionalistas se vislumbre más cercana, las tácticas negociadoras de Ferraz levantan alguna ampolla que otra. La posición de "lo tomas o lo lejas" o los guiños del PSOE a Ciudadanos -en un intento simultáneo de retratar al partido de Rivera y de lograr una alianza más estable- despiertan no pocas fricciones. 

Ferraz se siente fuerte en sus dígitos parlamentarios. Sus 123 escaños los colocan en una situación de poder sobre sus rivales, las encuestas son favorables y la decisión parece aprobada: en julio la comitiva socialista se someterá al plebiscito parlamentario del resto de grupos aunque no cuenten con el apoyo sellado de los necesarios para que la legislatura eche a andar. 

Así las cosas, la aritmética parlamentaria se vuelve movediza por días y todos los partidos reclaman su parte del botín bajo la atenta mirada de un Pedro Sánchez que, desde la lejanía de sus responsabilidades internacionales, deja en manos de José Luis Ábalos y Adriana Lastra la continua petición de "altura de miras" y "responsabilidad de estado" a sus "socios preferentes". Mientras Compromís, PNV y PRC dicen 'sí', Junts mira a la cárcel en busca de respuestas, Bildu y ERC señalan que es el momento de "poner en valor el independentismo en Madrid", Unidas Podemos posterga su decisión hasta que la estructura del Ejecutivo incluya sus nombres y la derecha se instala en la actitud cainita y fervorosa del discurso plagado de "batasunos, independentistas y populistas"