Desde que Vox saltara al escenario político, primero con el multitudinario acto de Vistalegre y con su resultado en las elecciones andaluces después, el Partido Popular no ha dejado de caer en picado. La fuerza conservadora se encuentra en sus horas más bajas. El cambio de liderazgo en lo que se presuponía como una 'regeneración' del partido tras el desgaste que sufrió en los últimos compases del mandato de Mariano Rajoy no ha hecho sino empeorar la situación.

Desde que asumió el liderazgo del partido derrotando a Sáenz de Santamaría y Cospedal en las primarias, Casado no ha logrado reconducir el camino de la situación, sino que ha tomado una senda contraria y guía al PP hacia una pérdida de apoyos masiva y constante, como se comprobó en los propios comicios andaluces. Pese a ser la segunda fuerza más votada, los conservadores, con Casado implicado al máximo en la campaña, empeoraron los resultados de las elecciones de 2015.

De hecho, esta caída en picado del PP de Pablo Casado se puede comprobar en los sondeos para unas futuras elecciones generales. Según estas encuestas, los populares cosecharían los peores resultados de su historia e incluso Ciudadanos les habría dado el sorpasso. Pero lo que más preocupa a la dirección de la formación es el auge de Vox, que también entraría en el parlamento según los sondeos y lo haría con incluso 30 escaños.

Declive demoscópico

Esta irrupción ha condicionado sobremanera la deriva en la que Pablo Casado ha sumido al Partido Popular, desviándose por una salida más a la derecha de lo que acostumbraba. Los coqueteos con la formación de extrema derecha liderada por Santiago Abascal son constantes y no sientan demasiado bien en el seno del partido. Otro de los problemas que se le están echando encima a un Casado cada vez más superado por la situación.

Pero volviendo a los sondeos, El Español ha publicado una encuesta elaborada por SocioMétrica. Los resultados arrojados dejan patente la constante pérdida de confianza que está sufriendo el Partido Popular. Ciudadanos les ha pasado, aunque obtendrían un menor número de escaños, pues los populares rondarían los 74 o 76 sillones, unas cifras que no se habían visto en la fuerza conservadora.Otra mala noticia para Casado es que tampoco le arrebatarían a Sánchez la presidencia con una coalición de derechas con el partido naranja y Vox.

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Voces discordantes

En uno de los tantos flirteos con Vox es donde una parte sustancial del partido ha dicho basta. Las exigencias de la formación de extrema derecha para dar luz verde al pacto de PP y Ciudadanos en Andalucía es la ley de violencia de género. Un punto central en el debate estos días, pues Pablo Casado ha dado su brazo a torcer, aludiendo a la violencia de género como "violencia doméstica", amén de continuar la senda de Vox para apoyar al hombre - una de sus líneas ideológicas más potente -.

Pero, ante esta radicalización del discurso de Pablo Casado y su acercamiento a la extrema derecha, varias voces de suma importancia en el seno de la formación se han posicionado en contra con firmeza. Una de ellas es la del PP de Alberto Núñez Feijóo, peso pesado donde los haya en el partido.

En una rueda de prensa el pasado lunes, la viceportavoz del Grupo Popular en el Parlamento gallego, Paula Prado, conminó a "no mezclar" violencia de género, violencia doméstica y violencia intrafamiliar porque es un debate "ya superado" y el que no lo hizo "debería remitirse a 14 o 15 años atrás". Prado concluía que las víctimas de la violencia de género "son fundamentalmente mujeres".

Unas declaraciones que se desmarcan del tono de Casado en su incesante pasteleo con Vox con el fin de recuperar una confianza que sabe perdida. Por su parte, Prado aseguraba que "no nos vamos a desviar de la línea de trabajo que llevábamos antes" y argumenta que "no debería cambiar". Una rotundidad que no sólo han mostrado desde el PP de Feijóo y a la que, poco a poco, van adhiriéndose más voces internas.

A estas se suma la de Borja Sémper, quien criticó públicamente el coqueteo de su partido con la fuerza de Santiago Abascal. Alegaba que "no merece la pena" alcanzar acuerdo con Vox para formar un Gobierno del cambio en Andalucía si estos exigen trastocar la ley de contra la violencia de género. "No se debe quitar ni un céntimo" de esa partida presupuestaria, sostuvo en una entrevista a Radio Euskadi.

Sémper se refirió a Vox como una formación que "rompe los grandes consensos de estabilidad, pacto constitucional y concordia nacional". El portavoz popular aseguraba que deben buscar el entendimiento con otras formaciones "con las que comparte principios" porque considera que "somos diferentes" a Vox.

Cada vez se encuentra más pesar en el seno del PP ante la deriva que ha tomado el partido con la llegada de Pablo Casado y el crecimiento de Vox en los sondeos y en las elecciones andaluzas. Los nervios se apoderan de una formación que se encuentra dividida en su ser y que sigue ingresada en la UCI.