Vidal, con su verborrea histórica habitual -cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia-, sentencia que, detrás de la originaria banda de la porra estaba Pablo Iglesias y la izquierda. En este sentido, argumenta que, pese a que fueron interpretados durante años como "un fruto del malestar social y la injusticia, la realidad es no eran más que eran una amasijo de delincuentes, ignorantes y perdularios a las órdenes de lo más bajo de la izquierda española a la que se encomendaba los trabajos sucios".

Comando Rubalcaba
Tras ello, repasa lo que, según él, es la demostración de que los jóvenes indignados son "sospechosos" de trabajar a las órdenes de Rubalcaba para evitar el vuelco electoral del PP. En su opinión, son sospechosos de ello porque no se han manifestado nunca en los últimos sieste años "mientras Zapatero y sus aliados nacionalistas hundían España".

Capotes a Aguirre
También ve "sospechoso" que no se hayan manifestado frente a Moncloa o el Ministerio de Trabajao pero sí "ante la sede de la Comunidad de Madrid, que es precisamente la única que crea empleo". Tras el capote a Esperanza Aguirre, quien sostiene la misma teoría, apela a otra consigna esperanzista: la movilización es "sopechosa porque no se han manifestado frente a las sedes de UGT y CCOO, dos sindicatos que cobran por cada ERE y viven del contribuyente".

Contactos con ETA y la kale borroka
Vidal concluye que, al igual que con el movimiento "Nunca Mais", el PSOE y la izquierda se sirven de los antisistema y coinciden en la movilización. "Buen número de estos jóvenes, lejos de ser, como pretenden un movimiento ciudadano apolítico pertenecen a los habituales grupos antisistema", asegura. Tras ello añade que las fuerzas de seguridad han alertado en varias ocasiones del peligro que representan estos grupos ya que mantienen un " contacto regular con Batasuna-ETA y que han recibido entrenamiento de Segi en grupos de guerrilla urbana".

Como en el 13-M
"Es sospechosa porque esos jóvenes no se han manifestado hasta que no se ha visto la posibilidad de que el PP diera un vuelco electoral. Es sospechosa porque un sector importante de esos jóvenes son antisistema que han tenido contacto con la banda terrorista ETA y es sospechosa porque tiene como intención violar la jornada de reflexión como ya hizo Rubalcaba un 13 de marzo y tomar la calle el mismo día de las elecciones", insiste.

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