¿Por qué Ángel Mariscal, subdelegado del Gobierno en Cuenca, protege al sargento chusquero de la Guardia Civil, comandante del puesto de la localidad de Beteta, Damián Aranda Rosales, que desde que dijo en Facebook sentir “asco” por los socialistas no ha dejado de agobiar a los ciudadanos de La Sierra conquense? ¿Por qué el subdelegado no ha cesado ya al sargento chusquero, sabiendo como sabe que ni los alcaldes, ni los vecinos, ni siquiera sus compañeros lo quieren como máximo responsable de la seguridad ciudadana de esta zona del alto Tajo? ¿Qué lazos ideológicos o personales unen a Ángel Mariscal con el sargento chusquero Aranda Robles? ¿Por qué Mariscal se niega a recibir a los alcaldes y a los afectados que denuncian las formas de actuar de este “cowboy benemérito”? Son preguntas que los residentes de este pueblo serrano se hacen a diario y que, hoy por hoy, todavía no han obtenido respuesta.
Incompatible con la democracia
“Hoy he visto una plaza de socialistas, que asco, políticos de bajeza, que después de arruinar el país le echan la culpa a otros, pues hoy la mayoría son gañanes al servicio propio para beneficiarse de su condición política, España va muy mal por este camino, arriba España, grande y libre”. Esta declaración corresponde al sargento chusquero de la Guardia Civil de Beteta, Damián Aranda, que en cualquier otra provincia de España donde no fuera subdelegado del Gobierno el ínclito militante del PP, Ángel Mariscal, le hubiera costado el puesto al día siguiente. Pero no, en Cuenca las cosas se hacen como dicta el que fuera concejal neoconservador de la ciudad, aunque sus decisiones no encajen en democracia.
Detenido y a empujones
No conforme con insultar a toda la cúpula regional del PSOE, reunida el pasado mes de abril en Beteta, con su secretario general a la cabeza, Emiliano García-Page, y con la presencia de diputados y senadores, el sargento chusquero detuvo el pasado fin de semana a un vecino del pueblo que le afeó su conducta. “Le dije que el mismo asco que sentía él por ver a socialistas en la plaza, sentía yo al comprobar que seguía de comandante del puesto de la Guardia Civil”, declaraciones realizadas a ELPLURAL.COM por Rafael López Hermosilla, maestro jubilado, detenido por este individuo y conducido “a empujones hasta el cuartel”, dice.
“Soy la autoridad ¡Se siente!”
“Menos mal que mi mujer nos acompañaba, porque cuando llegamos al cuartel no había ningún guardia civil; no sé qué hubiera pasado de haber ido solo”, reconoce a este periódico Rafael López, quien dice estar perplejo por la insistencia del sargento chusquero de recordarle que él era la autoridad. “¡Se siente!”, le espetó en varias ocasiones, una locución que nos recuerda a todos expresiones pronunciadas por los protagonistas de los lamentables sucesos del 23-F de 1981. “Insistía en que me sentara, le dije que él no era quién para ordenarme sentarme y que estaba bien de pie”, añade el vecino de Beteta, que poco después abandonaba el cuartel con el miedo dentro del cuerpo.
Imagen del Facebook de Damián Aranda.
Preguntas al ministro
Es un relato alucinante, pero verdadero, tan veraz como las preguntas que el diputado del PSOE por Cuenca, Luis Carlos Sahuquillo, ha presentado en el Congreso de los Diputados pidiendo explicaciones al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. “Nadie entiende que este señor esté todavía al frente del puesto de la Guardia Civil de Beteta”, reconoce el parlamentario a ELPLURAL.COM.
Los alcaldes no cuentan
Menos mal que el diputado Sahuquillo ha hecho suya esta batalla por conseguir que la justicia y el sentido común se imponga frente a un absurdo autoritarismo, propio de otras épocas. En este sentido, cabe destacar, además de la negativa del subdelegado a recibir al afectado por la detención supuestamente ilegal, la incertidumbre en la que viven los vecinos por la actitud de este guardia civil, que según el alcalde de Beteta, Jesús Cuevas, “está provocando crispación en la localidad, puesto que cada vez son más los ciudadanos que se quejan de sus modos”, comenta.
“Que vuelva a la academia”
Todos están indignados, menos el subdelegado del Gobierno en Cuenca. Tanto es así que hasta los compañeros del sargento chusquero renuncian a defenderlo. Todo lo contrario: “Hay un régimen disciplinario que recoge esas conductas, que se le aplique con todas las consecuencias. No va a ser una excepción y por favor, lo más apropiado sería hacerle una puesta al día devolviéndole a la academia para que le den unas clases de conducta cívica”. Palabras pronunciadas este viernes en la Cadena Ser por el presidente de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), Ramón Rodríguez, quien es de la opinión que Damián Aranda Rosales necesita una actualización. Sí, pero sigue mandando en La Sierra cóquense.