Vuelven los tiempos convulsos al PSOE de Ponferrada, casi 20 años después de que estallase el caso Nevenka, el primer escándalo de acoso sexual en la política española. Eran tiempos en que esta lacra no provocaba el rechazo social que se vive en estos días, pero que provocó la dimisión del alcalde del Partido Popular en la capital berciana, Ismael Álvarez, y su condena en el 2002. El caso revivió en 2013, cuando el PSOE se apoyó en el condenado y en su partido independiente para acceder a la Alcaldía, provocando un terremoto en la calle Ferraz. Y ahora, quien se convirtió en alcalde con esa maniobra, Samuel Folgueral, podría volver a las filas socialistas de la mano de Aníbal Merayo, quien le ha abierto las puertas en su intento de volver a liderar el PSOE local.

Merayo acaba de presentar su candidatura para volver a liderar el PSOE de Ponferrada, en un proceso en el que se enfrentará al actual portavoz socialista en el Ayuntamiento, Olegario Ramón. En su lista, le acompañan dos concejales socialistas, Ángela Marques, candidata en las últimas municipales, y Alberto Rodríguez, según informa Bierzo Diario.

Señala Merayo que “no es necesario” que haya problemas en el grupo municipal, dado que dos concejales se enfrentarán a la lista de su actual portavoz, Olegario Ramón. “Lo importante es abrir el diálogo y que no se tomen decisiones de forma unilateral. Las decisiones tienen que adoptarse para sumar y no para dividir. Si no, le estaríamos haciendo un flaco favor al partido”, señaló en la presentación de la candidatura.

Sin embargo, los problemas podrían venir por otro frente, dado que Merayo no descarta volver a aceptar en las filas socialistas al exalcalde Samuel Folgueral. Aunque intentó responder a los periodistas con evasivas sobre esta cuestión, señaló que la decisión la tomarán los militantes y que él tiene “capacidad integradora”. “Aquí no sobra nadie y hace falta democracia interna”, señaló.

Caso Nevenka

Folgueral se convirtió en alcalde de Ponferrada tras presentar una moción de censura contra el entonces alcalde del Partido Popular, Carlos López Riesco. Para ello, necesitó los votos de los cinco concejales del partido que Ismael Álvarez había fundado, después de que el Partido Popular le diese de lado cuando fue condenado por acoso sexual a su concejala de Hacienda, Nevenka Fernández.

El caso de Nevenka fue el primero de acoso sexual que vivió la política moderna y supuso un escándalo que plasmó Juan José Millás en el libro Hay algo que no es como me cuentan. Hasta que Álvarez fue condenado, siempre recibió el apoyo del Partido Popular, con el respaldo de Ana Botella, quien se empeñaba en ejercer como primera dama –un cargo que no existe en España- mientras José María Aznar era presidente, pero también con la complicidad del propio López Riesco, que era su mano derecha y le apoyó en el juicio, antes de sucederle como alcalde.

Sin embargo, la moción de censura presentada por el PSOE con Folgueral al frente supuso un terremoto en la calle Ferraz. Folgueral siempre ha defendido que contaba con el apoyo del PSOE nacional, que desde hacía poco lideraba Alfredo Pérez Rubalcaba, vencedor en el Congreso socialista de Sevilla donde fue apoyado por la delegación berciana. De hecho, el más perjudicado fue Óscar López, entonces secretario de Organización del PSOE y quien había sido líder socialista en Castilla y León.

Para más inri, la moción de censura apoyada por Ismael Álvarez y su partido, se votó un 8 de marzo, día icónico del feminismo. Algo que desató las críticas internas en el PSOE y dio munición a un Partido Popular acorralado por el caso Gürtel. Rafael Hernando, portavoz del PP, volvió a dar muestra de su tono político y llegó a decir que "a Valenciano le molan los dedos de los condenados por acoso sexual".

Terremoto en Ferraz

El escándalo fue tal que Rubalcaba ordenó dar marcha atrás a la moción de censura y Óscar López, quien semanas antes había defendido públicamente la operación, puso su cargo de número tres a disposición del partido, algo que fue rechazado. López señaló la moción estaba condicionada a que el condenado por acoso sexual dejase el Ayuntamiento de una vez por todas, como había prometido. “Me cegó la posibilidad de dejar fuera de la política a Ismael Álvarez”, alegó López en su comparecencia ante los periodistas, donde aseguró que la operación nunca había gustado ni a la número dos, Elena Valenciano, ni a la entonces secretaria de Igualdad y hoy portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Purificación Causapié.

El ultimátum de Rubalcaba, sin embargo, no salió como se esperaba. El entonces líder del PSOE le exigió a Folgueral que dejase el cargo de alcalde hasta que Álvarez se hubiera ido de la política definitivamente. Y Folgueral optó por seguir en el sillón municipal y dejar el PSOE, dando un portazo en el que le acompañaron sus siete concejales. Es decir, el PSOE se quedó sin concejales en Ponferrada hasta las siguientes elecciones.

Ahora, en 2018 y un año antes de que haya nuevas elecciones, el PP vuelve a gobernar Ponferrada, pero en minoría. Tiene siete concejales, mientras que el PSOE tiene seis y USE Bierzo, el partido que formó Folgueral, tiene cinco. El aspirante Merayo asegura que, si vuelve a liderar el PSOE, no presentará una moción de censura, aunque recuerda que muchos militantes “no entienden” que el PP gobierne en minoría cuando hay una mayoría de izquierdas. Y, de momento, la puerta del PSOE se entreabre para recibir a Folgueral mientras que el culebrón político de Ponferrada sigue sin cerrarse, casi 20 años después.