Era de esperar que, tal y como se lo han puesto de fácil, el Partido Popular y el Gobierno fueran a utilizar el esperpento de Ponferrada para desactivar las críticas del PSOE sobre el caso Bárcenas. Hoy lo ha hecho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha dicho a la portavoz socialista que “si no tienen criterio en Madrid es normal que no les obedezcan en Ponferrada”.

La vicepresidenta incluso se ha atrevido a especular cuando le ha dicho a Soraya Rodríguez que “si no hubiera habido una reacción social como la que ha habido, ¿hubiera habido rectificación socialista?" respecto a la moción de censura del PSOE apoyada por Ismael Álvarez.


Enfado en el PSOE
La reacción airada de la bancada socialista, ante la que el presidente del Congreso no ha tardado nada en reaccionar, ya adelantaba el malestar que ha provocado las insinuaciones de Sáenz de Santamaría. En los pasillos del Congreso, Elena Valenciano lo ha expresado en palabras, recordando la actitud del PP con el exalcalde condenado por acoso sexual.

Lecciones de principios
"Lecciones de principios como la que ha pretendido dar Soraya Sáenz de Santamaría hoy sobre el asunto de Ponferrada, no. Lecciones de principios de quien tenía como alcalde al acosador, quien lo defendió, quien lo sostuvo y con quien ha estado gobernando nueve años, de ese partido que ha hecho eso, que defendió al acosador en vez de a la víctima, el PSOE no va a recibir ni una sola lección de principios", ha recalcado Valenciano.

 


Un año sin quejas
Desde que Nevenka Fernández denunciara en 2001 a Ismael Álvarez por acoso sexual pasó más de un año hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León le condenase. Sólo entonces Álvarez dimitió motu proprio, sin que el Partido Popular tomase antes ninguna medida contra él, excepto la de apoyarle.

Manifestación de apoyo
Le apoyaron todos sus concejales durante el tiempo que duró el proceso, e incluso después. La condena llegó a finales de mayo de 2002 y una semana después, los alcaldes pedáneos del PP convocaron una manifestación en apoyo de Álvarez a la que acudieron 3.000 personas, entre ellos sus concejales y el que hasta este viernes era el alcalde del PP, Carlos López Riesco.

“Postura impecable”
Pero sin duda, el caso más polémico fue el de Ana Botella, esposa del entonces presidente, José María Aznar. Botella no era dirigente del PP, pero actuaba como primera dama, un cargo que en España no tiene relevancia pero que ella se empeñó en ejercer al más puro estilo americano. De hecho, fue días antes de acudir a la presentación de un libro sobre mujeres maltratadas cuando Botella afirmó: "Hay que tener un respeto total por el alcalde de Ponferrada, que ha tenido una postura impecable al dimitir antes de que haya una sentencia firme".

Sin solidaridad
A los pocos días, ante la polémica generada, Botella tuvo que salir al paso y explicar sus declaraciones, aunque lo hizo con unas declaraciones estudiadas en las que no mencionaba el delito de acoso sexual ni se solidarizaba con la víctima y aseguró que ante las sentencias “lo correcto es aceptar la justicia y no hacer más comentarios, porque ya la justicia ha dictaminado”.

“Empleada de Hipercor”
También llamó la atención la actuación del Ministerio Fiscal, que pidió la absolución de Álvarez y “acosó procesalmente” a la víctima, en uno de los interrogatorios más bochornosos que se recuerda: “¿Por qué usted, que ha pasado este calvario, este sufrimiento, que se le han saltado las lágrimas, por qué usted que no es una empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantar por el pan de sus hijos, por qué usted aguantó?”

“Acoso procesal”
El fiscal responsable de estas palabras, José Luis García Ancos, no fue relevado por el Fiscal General del Estado, nombrado por el Gobierno de Aznar, hasta que un fiscal inspector tomó cartas en el asunto y denunció el “auténtico acoso procesal” al que sometió a Nevenka. Y después de que Ancos se despachara a gusto en entrevistas con frases como “a la fiscalía han llegado una serie de escritos de señoras de éstas....” y “¿Sustituirme a mí del cargo? ¡Faltaría más, por esta memez y bobadas”.

La culpa, de Zapatero
A pesar de todos estos indicios, el PP no va a dejar pasar la oportunidad de poner el ventilador contra el PSOE. Y es que, rebuscando en la hemeroteca, se descubre que la estrategia de los populares no cambia por mucho tiempo que pase. De hecho, tras ser condenado por acoso sexual, Ismael Álvarez no tardó en encontrar al verdadero culpable: Rodríguez Zapatero, "uno de los grandes interesados en eliminar políticamente a este alcalde".