José Ignacio Munilla irrumpe de esta manera en la campaña electoral alentando del riesgo de los abanderados del laicismo radical. Según ha asegurado en el transcurso de una conferencia en la tribuna de Nueva Economía, el problema radica en que actualmente se confunde la laicidad -que consiste en la existencia de un Estado neutral ante las creencias religiosas pero que las considera un bien para la sociedad, según ha dicho- y el laicismo. "El laicismo -ha explicado- parte del supuesto de que la vida religiosa es una sensibilidad privada y de que al poder político le corresponde configurar una conciencia moral. Nosotros -ha añadido- asumimos una laicidad sana, pero no un laicismo anticlerical".

Presiones a padres
El obispo se ha quejado de que "en buena parte de los centros públicos no se oferta dicha asignatura, pese a que la legalidad vigente así lo establece". Después de recordar que, según la Constitución, los poderes públicos deben garantizar a los padres la posibilidad de elegir la educación "moral y religiosa" que deseen para sus hijos, Munilla ha insistido en que numerosos centros públicos "ni siquiera ofertan Religión e, incluso, se presiona a los padres que matriculan a sus hijos en esta asignatura para que renuncien".

Duda de la secularización
Munilla ha reconocido que en los últimos años la matriculación en la asignatura de Religión ha descendido y ha indicado que puede deberse a la secularización de la sociedad, pero quizás también a que "la no oferta determina la demanda".

Laicismo anticristiano
El culpable de todos estos males, según Munilla, es el "laicismo anticristiano". En su opinión actua de forma "astuta y trabaja por etapas". Puso como ejemplo la ´ley del aborto: "en un primer momento se legisló para casos extremos y, al final, se reguló el aborto libre". Según alertó, el proceso con la asignatura de Religión será el mismo. "Primero se pusieron pequeños palitos en la rueda, pero luego se reivindicó su exclusión del sistema público de enseñanza y, finalmente, se terminará por sacar esta materia del currículum de la enseñanza concertada", aseguró.

Ahorro de 36.000 millones
Ante las críticas por el concordato entre el Estado y la Iglesia católica en España, Munilla se ha preguntado si la Iglesia sale cara al Estado cuando, según sus datos, "le ahorra 36.000 millones de euros anuales en colegios, infraestructura universitaria, hospitales o atención social".

Víctimas del terrorimo
También se ha referido a la actitud de la Iglesia vasca hacia las víctimas del terrorismo y ha reconocido que "al igual que el resto de la sociedad, no tuvimos la necesaria sensibilidad en épocas anteriores, por lo que hemos sido mal percibidos. En este aspecto, tenemos que avanzar".