No hay para pagar a los dependientes ni a las farmacias, se elimina la gratuidad de medicinas y productos ortopédicos a los discapacitados, los colegios se caen por falta de mantenimiento, se proyecta cerrar algunas urgencias nocturnas… y para mayor escarnio, la Generalitat Valenciana se convierte en el mayor accionista del Valencia Club de Futbol. Y todo gracias a otro de los despropósitos con los que el expresidente Francisco Camps llenó su nefasta gestión al frente del Gobierno valenciano.

La Generalitat Valenciana es desde el pasado fin de semana la máxima accionista del Valencia CF, después de que la Fundación del club de Mestalla anunciara su incapacidad para hacer frente a los intereses, unos cinco millones de euros, de los 81 millones que Bankia prestó a la Fundación del club con el aval del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). A efectos formales, la Generalitat se quedará con el club deportivo cuando a final de este mes Bankia ejecute el aval del IVF, después de que el Consell que preside Alberto Fabra se negara a ampliar en otros cinco millones la garantía a la Fundación.

Aval de 81 millones al Valencia
Con los 81 millones de préstamo, la Fundación del Valencia compró en 2010 el 70% de las acciones del Valencia, en una ampliación de capital con la que el presidente del club, Manuel Llorente, evitó entrar en concurso de acreedores. Además de estos 81 millones, el Valencia debe 379 millones a otras entidades financieras, principalmente Bankia.

Según señaló el viernes el vicepresidente del Consell, José Císcar, “por el momento, Bankia no ha comunicado a la Generalitat que quiera o deba ejecutar el aval”. De cara a la galería, la Generalitat asegura que confía en que se renegocien los créditos de la Fundación y del club, lo que no oculta que en realidad exista una profunda preocupación, ya que de no llegar a un acuerdo con Bankia, la entidad financiera reclamará al IFV los 81 millones.

Más de 118 millones en avales
Entre 2009 y 2010, el gobierno de Francisco Camps concedió cinco avales por un total de 118,6 millones de euros y sus beneficiaros fueron las fundaciones de los clubes Valencia, Hércules, Elche y Levante, que se convirtieron en sus accionistas mayoritarios. Así se consiguió que los clubes, por una parte, se salvaran de la quiebra a la que estaban abocados por sus deudas y, por otra, que ninguno de ellos cayera en manos de personas no deseadas.

Ya se han esfumado 32 millones
Pero los avales a los clubes de futbol ya le han supuesto a la Generalitat, a través del IFV,  una pérdida de 32 millones: El impago por parte del Hércules de un aval de 18 millones  supuso el embargo del estadio Rico Pérez de Alicante, por lo que la Generalitat acabará siendo el dueño del estadio. El Elche tampoco pudo hacer frente a dos créditos por 14 millones y en consecuencia el Consell se tuvo que quedar con el 40% de las acciones del club ilicitano. Hasta ahora, solo la Fundación del Levante ha hecho frente al pago de los intereses del préstamo avalado por el IVF.

¿Dueño de tres clubes de fútbol?
Para complicar aún más las cosas, la Generalitat se enfrenta ante un problema jurídico derivado de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que impide que una persona física o jurídica controle el 5% de más de un club, por lo que el Consell intenta deshacerse cuanto antes de los títulos del Elche. “Buscaremos garantías y fórmulas legales, avanza Císcar.

Ante la posibilidad de que en un futuro más que inmediato la Generalitat pueda llegar a ser dueña de tres clubes de futbol, -Valencia, Elche y Hércules-, el vicepresidente Císcar asegura que “es un escenario que aún no se ha planteado, pero no creo que llegue a plantearse en todas las situaciones”. Unas situaciones que sin el manirroto de Camps seguro que jamás se habrían puesto sobre la mesa de la Generalitat Valenciana.