Mariano Rajoy obtenía una plaza en el registro mercantil número 5 de Madrid. Lo hacía el pasado 26 de julio y, dos meses después, empezó a ejercer como tal. No obstante, el expresidente decidió viajar a las américas y Ecuador fue el destino elegido.

Rajoy inauguró el año lectivo de la Universidad Internacional SEK Ecuador, en el campus Juan Montalvo de la localidad de Guápulo. Pero es que también ha ofrecido conferencias y se ha encontrado con empresarios de Gauyaquil. Además, estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, el ultraconservador Jaime Nebot. De hecho, este se declara pro-aznar e incluso le llegó a nombrar en su día ‘ciudadano ilustre’ de la ciudad porteña, amén de acudir a la famosa boda de la hija del expresidente.

El fan de Ecuador

Pero Rajoy ha dejado algún que otro nostálgico a sus espaldas. Ha hecho mella en un ecuatoriano, según ha recogido el diario ABC, a través de una carta enviada al periódico por el propio sujeto.

Relacionado La crítica de ‘The New York Times’ a Rajoy: “A su casa a vivir de las rentas”

Un Rajoylieber, que se diría en estos tiempos que corren. Mientras aguardaban el vuelo de vuelta a Quito, “vimos al presidente” después de disfrutar de “la bella Andalucía”. Así comienza su misiva Mario Ponce Lavalle, según desvela el diario ABC.

Y es que Mario se ha declarado fan absoluto del que fuera presidente del Gobierno hasta hace escasos meses. Un “político al cual admiro” y sobre el que “he seguido diariamente su ejecutoria a través de ABC”.

Describió la subida al avión de Rajoy como algo normal. “Sin parafernalias, comitivas ni aspavientos, aderezos que otros de igual condición pero sin igual éxito se lo permiten”, exclama el fan del expresidente que aseguraba que “fue un orgullo como ecuatoriano” felicitar personalmente a Mariano Rajoy.

Una felicitación que llegó en el marco de las formas en las que condujo “a este gran país que es España” no sin antes señalar que “otros se empeñan en destruir” el país". “Si yo fuera español, lo extrañaría”, declara Mario Ponce tras visualizar la ‘humanidad’ de su ídolo.