La Comunidad de Madrid se ha situado en el epicentro de un sismo que ha sacudido el tablero político español y lo ha volteado por completo. La ya expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, copó el foco mediático por las irregularidades de su presunto máster y, finalmente, un vídeo en el que se la veía robando dos cremas anti-edad precipitó su dimisión. El caso Cifuentes provocó un auténtico quilombo en el Partido Popular. Por su parte, a Podemos parecieron entrarle las prisas y el adelanto de los plazos para investir a Íñigo Errejón como candidato oficial reabrió profundas y sangrantes heridas del pasado, una auténtica guerra fratricida  atres bandas entre el futuro candidato a las elecciones de 2019, Pablo Iglesias y Ramón Espinar. Entretanto, el PSOE trabaja para hacer presidente regional a Ángel Gabilondo y Ciudadanos, en un ejercicio de contorsión extremo, pretende mantener el equilibrio retórico entre la crítica más voraz al PP y su apoyo para que la formación finalice la legislatura.

Un PP inmerso en guerras de familias se la juega

Este Dos de Mayo se conmemora el Día de la Comunidad de Madrid y, en consecuencia, se celebrarán diversos actos institucionales y de partido. Y todos ellos tendrán un denominador común: estarán marcados por la incógnita de quién será el futuro presidente de la región. El Partido Popular baraja varios nombres (Juan Antonio Gómez-Angulo, Pedro Rollán, Enrique Ossorio y otros que se presuponen descartados como José Luis Martínez Almeida o Ángel Garrido, presidente en funciones). A Albert Rivera le es indiferente quién sea el sucesor de Cifuentes, los naranjas ya han puesto las luces largas y miran a mayo de 2019, pero el PP se encuentra ante una complicada decisión ya que de ella dependerá el futuro de los populares en la capital.

Cifuentes no solo deja un vacío con su marcha -de hecho, el propio Mariano Rajoy fue quien invitó a la expresidenta a marcharse antes de las 12:00 horas del pasado miércoles, momento en que empezaba la sesión plenaria sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2018-, sino que también deja la marca PP al borde del colapso. Cifuentes vino para regenerar la formación, presentándose como el adalid del nuevo y honesto PP, pero ha terminado por enfangarlo todo, llevándose incluso por delante a una institución como la Universidad Rey Juan Carlos. Y si a la situación se le añade la variable del desplome en las encuestas, apaga y vámonos.

La expresidenta también dejó la presidencia del PP madrileño, por lo que el partido no solo deberá proponer un candidato para el Ejecutivo autonómico, sino también, un líder para la formación. Rajoy quiere evitar una situación de bicefalia, una coyuntura que se dio con Esperan Aguirre al frente de la Comunidad y Francisco Granados al frente del partido. El nombre del sucesor será determinante, pero según parece, con la dimisión de Cifuentes el gobierno ya no peligra para el PP.

Ciudadanos y sus contorsiones extremas

Ciudadanos contará con una posición privilegiada hasta las elecciones de 2019. Albert Rivera se vio entre la espada y la pared cuando debía afrontar la dicotomía de, o mantener a una Cifuentes enfangada en sus chanchullos con la URJC, o prestar sus votos a la “izquierda radical”. Los naranjas situaron ambas cargas en una balanza y decidieron lanzar un ultimátum: o se marcha Cifuentes y el PP impone un candidato alternativo, o Gabilondo sería el líder del Ejecutivo regional hasta mayo del próximo curso. Con la caída de Cifuentes, Rivera no solo ha salido del atolladero, sino que además contará con una posición que le permita liberarse de la carcasa del pacto de investidura para poder revelarse contra el Partido Popular al tiempo que, como es habitual, critican al PSOE y Podemos.

Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, solo pide que el candidato alternativo cumpla un requisito: “Un presidente limpio para que se agote la legislatura de la mejor manera posible y gobierne de forma interina hasta las próximas elecciones”. Unas palabras que denotan la indiferencia por la figura del sustituto de Cifuentes. Aguado urge al PP a “iniciar las conversaciones cuanto antes”, pero el nombre no es lo que interesa.

Lo atractivo para los naranjas es que, a pesar de que “seguiremos exigiendo que cumplan el acuerdo de investidura”, la dimisión de Cifuentes, con quien firmaron ese pacto, puede dinamitarlo. Los naranjas tienen ahora mayor libertad para votar ley a ley, lo que le da a la formación mayor margen de maniobra para fijar su estrategia. El propio Ignacio Aguado reconoce que “tenemos las luces largas puestas en la Comunidad de Madrid. Nuestro trabajo va a ir orientando a proponer un proyecto distinto”. En consecuencia, desde este miércoles y hasta el próximo mayo, Ciudadanos atesora mayor autonomía para distanciarse del Partido Popular y pugnar por la derecha del tablero político.


Ciudadanos, indiferente ante el sucesor de Cifuentes: lo importante es 2019


El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, envió un mensaje a Rivera para pedirle su apoyo para Ángel Gabilondo. El presidente de Ciudadanos no recogió el guante y respondió que, ante el cambiante escenario, el relevo lógico sería un cambio de cromos de “la lista más votada”. Por su parte, Podemos también presiona para “trabajar” por una alternativa a “la mafia”. La pregunta es: ¿Cómo compaginará Ciudadanos el discurso de regeneración democrática e higiene ética con un nuevo respaldo al PP en Madrid? Rivera tiene ante sí una ardua tarea.

La paz de Podemos tras el vendaval Bescansa

El Dos de Mayo también pondrá a prueba el pacto firmado en Podemos para aparcar sus diferencias tras la ciclogénesis provocada por los fueros de Carolina Bescansa. Las presuntas irregularidades del Máster de Cifuentes precipitaron el calendario de Podemos en la Comunidad de Madrid. Los morados creyeron oportuno acelerar los plazos para investir a Íñigo Errejón como candidato oficial de tal manera que pudiera aprovechar los vientos de cola hasta Madrid 2019. Pero nada salió como esperaba. El propio Errejón se mostró disgustado por la celeridad porque "teníamos unos plazos". Además, Ramón Espinar anunció que las primarias serían a principios de mayo sin consultarlo con el candidato. Fuentes internas señalan a El Plural que "tuvimos que llamar a Espinar para que al menos dejara la fecha en el aire". A partir de ahí, una serie de catastróficas desdichas provocadas por los fueros de Bescansa.

Carolina Bescansa difundió erróneamente a través de su canal de Telegram un documento que incluía una propuesta para Íñigo Errejón: la diputada sería su número dos para Madrid 2019 a cambio de que el exportavoz la apoyara en unas primarias generales para destronar a Pablo Iglesias. Rápidamente corrieron caudalosos ríos de tinta. Bescansa alegó que era “un borrador que yo no había revisado” y Errejón lo calificó de “delirante e indignante”.

Según el documento interno, la diputada morada sería la número dos para las elecciones a la Comunidad de Madrid en el año 2019 a cambio de que el secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político se comprometiera a apoyarla de cara a unas futuras primarias nacionales para ser candidata a los próximos comicios generales.

Según ha podido confirmar El Plural, sí que existieron negociaciones entre Errejón y Bescansa que, tal y como ha expuesto el propio exportavoz, cristalizaron en el ofrecimiento a la diputada morada de ser número dos por Madrid. No obstante, fuentes internas aseguran que “no conocíamos ese documento” y su contenido no era ni mucho menos el objeto de las negociaciones, ya que la propuesta del futuro candidato regional se limitaba a la inclusión en la lista como su mano derecha. Además, matizan que “no se trata de derrocar a Pablo”, sino de competir como ya se hizo en Vistalegre II, de manera virtuosa y sana.

Finalmente, Pablo Iglesias zanjó el asunto obligando a Ramón Espinar e Íñigo Errejón a firmar la paz con una candidatura unitaria. El futuro candidato liderará una lista que incluye a 15 de sus afines. Espinar será el número tres y ha colocado a 11. La número dos será Tania Sánchez. Lorena Ruiz-Huerta, portavoz en la Asamblea de Madrid, se planteó concurrir a las primarias, pero cree que el formato no es más que un reparto de sillones por lo que ha rechazado tanto presentarse como entrar en la lista de Errejón.


La intrahistoria del documento de Bescansa que reabrió las heridas entre Errejón e Iglesias


Tanto el propio Errejón, como Gabilondo, como Ángel Garrido (en calidad de presidente en funciones), como Ciudadanos han preparado sus respectivos actos con las vista ya puesta en 2019 y los ojos de todos los madrileños sobre ellos.