36 días después de que trascendieran las irregularidades del presunto máster de Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha dimitido. Aseguró, por activa y por pasiva, que la decisión ya la tenía tomada y la anunciaría tras los actos institucionales del Dos de Mayo, pero el transcurso de los acontecimientos y la deducción lógica invita a pensar que su renuncia es consecuencia de un vídeo (filtrado por una guerra sucia del PP) que revela el robo de dos cremas anti-edad en el año 2011. Ciudadanos había supeditado su apoyo al Gobierno autonómico del PP al cese -o dimisión- de Cifuentes, amenazando incluso con prestar sus votos al PSOE y Podemos para investir a Ángel Gabilondo. Finalmente, Cifuentes ha puesto fin a sus bienaventuranzas en al Real Casa de Correos, haciendo un grato favor a los naranjas, que han salvado el match point de entregar el gobierno a la izquierda.

Cs firmó el pacto con Cifuentes y, con su dimisión, tienen mayor flexibilidad para votar ley a ley y pugnar con el PP por su espacio electoral

Con la salida de Cifuentes, e independientemente de quien le suceda en el cargo, Ciudadanos contará con una posición privilegiada hasta las elecciones de 2019. Albert Rivera se vio entre la espada y la pared cuando debía afrontar la dicotomía de, o mantener a una Cifuentes enfangada en sus chanchullos con la URJC, o prestar sus votos a la “izquierda radical”. Los naranjas situaron ambas cargas en una balanza y decidieron lanzar un ultimátum: o se marcha Cifuentes y el PP impone un candidato alternativo, o Gabilondo sería el líder del Ejecutivo regional hasta mayo del próximo curso. Con la caída de Cifuentes, Rivera no solo ha salido del atolladero, sino que además contará con una posición que le permita liberarse de la carcasa del pacto de investidura para poder revelarse contra el Partido Popular al tiempo que, como es habitual, critican al PSOE y Podemos.

Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid, solo pide que el candidato alternativo cumpla un requisito: “Un presidente limpio para que se agote la legislatura de la mejor manera posible y gobierne de forma interina hasta las próximas elecciones”. Unas palabras que denotan la indiferencia por la figura del sustituto de Cifuentes. Aguado urge al PP a “iniciar las conversaciones cuanto antes”, pero el nombre no es lo que interesa.

Lo atractivo para los naranjas es que, a pesar de que “seguiremos exigiendo que cumplan el acuerdo de investidura”, la dimisión de Cifuentes, con quien firmaron ese pacto, puede dinamitarlo. Los naranjas tienen ahora mayor libertad para votar ley a ley, lo que le da a la formación mayor margen de maniobra para fijar su estrategia. El propio Ignacio Aguado reconoce que “tenemos las luces largas puestas en la Comunidad de Madrid. Nuestro trabajo va a ir orientando a proponer un proyecto distinto”. En consecuencia, desde este miércoles y hasta el próximo mayo, Ciudadanos atesora mayor autonomía para distanciarse del Partido Popular y pugnar por la derecha del tablero político.


¿Por qué Ciudadanos intensifica sus ataques al PP?


El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, envió un mensaje a Rivera para pedirle su apoyo para Ángel Gabilondo. El presidente de Ciudadanos no recogió el guante y respondió que, ante el cambiante escenario, el relevo lógico sería un cambio de cromos de “la lista más votada”. Por su parte, Podemos también presiona para “trabajar” por una alternativa a “la mafia”. La pregunta es: ¿Cómo compaginará Ciudadanos el discurso de regeneración democrática e higiene ética con un nuevo respaldo al PP en Madrid?