La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha anunciado durante su comparecencia en el Congreso ante la Comisión de Trabajo que el principal objetivo del Gobierno en materia de Empleo es atajar la precariedad laboral, de la que derivan diversas aristas que devalúan la calidad de vida de los ciudadanos. Para ello, ha informado de que durante la legislatura se desmantelará la reforma laboral del Partido Popular en tres fases; al tiempo que ha identificado cinco problemas esenciales que requieren de soluciones integrales de urgencia: la precariedad generalizada, los salarios, la exclusión laboral, las vergonzantes cifras de siniestralidad y la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.

Díaz, quien ha comenzado agradeciendo la labor de su antecesora, Magdalena Valerio, ha argumentado que destinarán buena parte de sus esfuerzo a abordar la precariedad laboral. “No tiene sentido que durante 40 años haya sido nuestro principal problema y no hayamos sido capaces de atajarlo”, ha denunciado.

Es el desafío de una época. Nuestro gran reto es que España sea un país donde impere el trabajo decente”, ha expuesto la ministra, quien ha comunicado que “ya estamos trabajando en la ratificación de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”. Concretamente, desde el Ejecutivo ya han iniciado los trámites pertinentes del convenio 188 para el establecimiento de condiciones dignas y seguras en el sector de la pesca; del convenio 189 para relaciones laborales igualitarias en el sector de trabajo doméstico; del 190 para la erradicación efectiva de la violencia y el acoso sobre las mujeres y del 177 sobre el trabajo a domicilio.

Yolanda Díaz ha anunciado que el Gobierno derogará la reforma laboral del Partido Popular en tres fases para desmantelar las actuales estructuras y políticas de Trabajo, que han resultado “ineficaces”.

El primero de los ciclos irá encaminado a la “derogación de los aspectos más urgentes, que tienen que ver con el desequilibrio de las relaciones laborales y la quiebra de la negociación colectiva”. El segundo, “abordará los preceptos de la precariedad en materia de contratación, acceso al merado laboral y el despido”. Por último, en la “parte final y principal”, se elaborará “el Estatuto del Trabajo del Siglo XXI” puesto que la “norma en vigor bebe de las fuentes” de los años 80 e integra relaciones laborales que “en la actualidad no existen no son tales”: “Hay que propiciar una norma a la altura de las relaciones laborales actuales”.

Todo esto tiene por objeto acabar con “un modelo laboral injusto e ineficiente” fruto de una “cultura empresarial y un marco normativo inadecuado”. 

En este sentido, Yolanda Díaz ha adelantado que los agentes sociales ya están negociando, pero mantendrán absoluta discreción.

Los principales problemas

La ministra ha instado a las fuerzas políticas y actores sociales a no reducir “nuestro enorme problema a la cifra del paro” ya que “las cifras de precariedad son insoportables” y “se ceban con los más vulnerables: las mujeres, los jóvenes y las personas con menos ingresos”.

Una de las asignaturas pendientes son los salarios. A pesar de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ya ha subido el Salario Mínimo Interprofesional a los 950 euros, Díaz considera que aún queda un largo camino por recorrer: “Tenemos trabajadores pobres con grandes privaciones y que no superan el umbral de la pobreza”.

“La precariedad va más allá de las cifras de temporalidad y parcialidad. Algo hemos hecho mal si una trabajadora con contrato indefinido no es capaz de sacar adelante a su familia sin ayuda”, ha aquejado durante su intervención inicial.

Con respecto a la subida del SMI, ha asegurado que “ha tenido un efecto muy positivo” y ha impulsado el alza generalizada de todos los salarios. Un comité de expertos evaluará los efectos subyacentes.

Díaz ha puesto el foco también sobre la exclusión laboral y la desprotección, la brecha laboral entre hombres y mujeres y la siniestralidad laboral.

Con respecto a la igualdad de género, ha apuntado que “precisamos políticas que remuevan los obstáculos a la igualdad efectiva, con nuevos instrumentos que garanticen la igualdad real”.

En este sentido, ha pedido “no confundir empleo con trabajo”: “El trabajo va más allá del empleo. Empleo es la actividad productiva formal que tiene una contraprestación económica; el trabajo es mucho más. Es hacer la compra, cuidar a nuestras hijas… Trabajo no remunerado, trabajo invisible que recae en las manos y cabezas de las mujeres”.

Además, “muchas mujeres no acceden al mercado laboral porque están presas. No pueden tener empleo porque trabajan demasiado. Les anuncio que este Ministerio será de trabajo en todas sus dimensiones”.

Siniestralidad laboral

“Es una auténtica lacra oculta en nuestro país”. En estos términos se ha pronunciado la ministra de Trabajo sobre lo que hasta ahora era un tema tabú: las muertes por accidentes en el trabajo. Según adelantó ElPlural.com, el Congreso espera que durante esta legislatura se comience a abordar esta problemática en su conjunto con un paquete de medidas.

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La propia Díaz ha admitido que “esta realidad apenas se conoce, es como si permaneciese oculta”, pero es enormemente grave porque “está en riesgo su cuerpo, su salid mental, su propia vida. Especialmente en algunas ocasiones concretas el riesgo es altísimo. Existe una conexión directa entre la precariedad y el riesgo de accidentes”.

Para dar respuesta a la precariedad y abordar todos los puntos tratados, Díaz ha comunicado que su intención es reforzar la inspección de Trabajo con un mayor número de efectivos para luchar contra el fraude y asegurar el íntegro cumplimiento de la ley a fin y efecto de que se respete la jornada laboral, los salarios dignos, la prevención contra la discriminación, el exceso de temporalidad, el uso fraudulento del contrato a tiempo parcial con jornadas no declaradas, los falsos autónomos, falsos becarios, horarios, conciliación familiar, personal y desconexión…

“Mi discurso viene acompañado de trabajo. Hemos venido a trabajar”, ha zanjado.