La siniestralidad laboral es aún un tema tabú. Las muertes de personas durante su horario de trabajo se abordan de manera independiente, como si no tuvieran conexión alguna, como si se tratasen de hechos aislados y no de un problema en su conjunto. Sin embargo, con el aterrizaje de Yolanda Díaz en el Ministerio de Trabajo esto ha cambiado. La ministra morada apuesta por visibilizar la problemática para poder atajarla y el Congreso está a la espera de su propuesta para trabajar en una solución integral de urgencia.

El pasado año, 2019, murieron 695 trabajadores y trabajadoras en sus puestos de trabajo (621 asalariados y 74 autónomos). Del montante total, 475 se produjeron durante la jornada laboral y 146 fueron accidentes mortales in itínere, es decir, durante el trayecto de ida o vuelta. Las cifras son verdaderamente alarmantes: España registra de media casi dos accidentes laborales mortales al día.

El próximo viernes 21 de febrero, Díaz comparecerá ante la Comisión de Trabajo del Congreso para esbozar las líneas maestras de sus políticas para la próxima legislatura y, según ha podido saber este periódico, varias formaciones están esperando a conocer los planes del Gobierno para abordar la siniestralidad laboral.

En declaraciones a ElPlural.com, Jordi Salvador i Duch, diputado y portavoz en la comisión de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), asegura que aguardan expectantes la comparecencia de la ministra de Trabajo para poder conocer los planes del Gobierno y trabajar en consecuencia. Salvador admite que ha conversado en privado con Díaz y con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José luis Escrivá, y “la música me suena bien”.

Desde ERC adelantan que esperan un paquete de medidas que refuercen los derechos de los trabajadores a fin efecto de preservar y aumentar su seguridad laboral. Los republicanos catalanes consideran que “esta lacra” es fruto “de la precariedad, la uberización y la subcontracación”; por lo que las propuestas deben pivotar en torno a estos tres ejes.

“Hay empresas muy grandes que tienen unos protocolos de seguridad determinados que son bastante buenos. Pero estas grandes multinacionales subcontratan cada vez más y, las compañías subcontratadas no cumplen con estos mismos protocolos, sino que son más débiles”, lamenta el diputado Jordi Salvador.

En la misma tónica se mueve Oskar Matute, de EH Bildu, quien en declaraciones a ElPlural.com apunta que abordarán “esta lacra” en el momento en que se abra el melón de la reforma del Estatuto de los Trabajadores que prevé el Gobierno.

“Cuando se trate la reforma laboral, ya sea la derogación parcial o total, apostaremos por incorporar cláusulas sociales. Una serie de marcos legislativos que exijan seguridad contractual”, explica Matute, quien denuncia que “en el País Vasco, ahora mismo, tenemos a dos trabajadores sepultados bajo un vertedero”.

Y es que, en las últimas semanas se han sucedido varios accidentes mortales que han situado el problema de la siniestralidad laboral en el epicentro del debate político: el 14 de enero perdieron la vida tres trabajadores por una explosión en una planta petroquímica en Tarragona, dos personas continúan enterradas en un vertedero en Eibar y ayer mismo, un joven falleció en un desguace en Cantabria.

Desde Más País y Compromís lanzarán un paquete de medidas con objeto de contribuir a la seguridad contractual. Su propuesta estrella, según han informado a ElPlural.com, es la reducción progresiva de la jornada laboral hasta las 32 horas semanales fijando el año 2025 como horizonte. Esta iniciativa persigue la “redistribución del trabajo, la mejora de la conciliación familiar, y la lucha contra el cambio climático”.

Dentro de este paquete de medidas también instan a “acabar con la desigualdad salarial que sufren las mujeres” implementando mayores controles y a “reconocer los derechos de las trabajadoras del hogar”. Además, impulsarán políticas para facilitar el trabajo de los autónomos tales como “una mayor simplificación y racionalización de los trámites burocráticos, la creación de instrumentos de apoyo y orientación a autónomos, líneas de crédito blandos y posibilidad de una verdadera capitalización de las prestaciones de desempleo para iniciar la actividad como trabajador o trabajadora autónoma”.

Las derechas, ¿preocupadas?

Ciudadanos es, a priori, el partido de las derechas que más compromiso muestra en la lucha contra la siniestralidad laboral. En declaraciones a este periódico, aseguran estar “profundamente preocupados por las altas tasas de siniestralidad laboral que presenta nuestro país”.

“Las políticas inmovilistas de los sucesivos gobiernos nacionales en materia de empleo nos han conducido a una elevadísima precariedad laboral, a una altísima rotación en los puestos de trabajo, a una falta de especialización y, por ende, a una insuficiente formación en materia de riesgos laborales. Con todo ello, no solo perdemos productividad, sino que también perdemos vidas, el capital más preciado”.

En consecuencia, apuestan por “un sistema de contratación que traiga más estabilidad y reduzca la precariedad en el empleo redundará en una disminución de la siniestralidad laboral”. Los naranjas proponen un mayor control para asegurar que la prevención de riesgos se cumple “escrupulosamente” ya que buena parte del tejido empresarial son pymes o microempresas y estas no pueden “internalizar” la prevención de riesgos laborales.

Eso sí, señalan que “no compartimos la visión desalmada que parece que tradicionalmente determinados sectores de la izquierda han expresado sobre los empresarios. Aquellos empresarios que no protegen a sus trabajadores deben ser perseguidos, pero no debemos convertir la excepcionalidad en la norma. En este aspecto determinado de las relaciones laborales, los empresarios, autónomos y quienes generan empleo deben ser nuestros aliados”.

Por su parte, ni Vox ni Partido Popular han respondido a las preguntas ni han trasladado medida alguna sobre siniestralidad laboral. En cualquier caso, existe una mayoría parlamentaria que apuesta por dejar de silenciar el problema y atajarlo en su integridad y conjunto, y no así como un conglomerado de hechos aislados.