En la tarde de este martes se producirá un acontecimiento insólito: una senadora acudirá a su puesto de trabajo. Algo que debería ser habitual, pero es que hablamos de Rita Barberá, quien ha batido todos los récords de absentismo laboral y lleva más de dos meses cobrando su sueldo íntegro de senadora sin pisar la Cámara Alta.

El pasado 13 de enero, Barberá juró su cargo como senadora. Desde entonces, no ha acudido al Senado nada más que el pasado martes, cuando realizó una visita rápida para ver cómo era el despacho que le había asignado el grupo parlamentario.

"Se me ha acusado de absentismo cuando no ha habido actividad parlamentaria en el Senado. No ha habido absentismo", ha señalado Barberá en una rueda de prensa. Es cierto que la actividad ha sido escasa en la Cámara desde que ella accedió al cargo, pero no es cierto que no haya habido absentismo. La exalcaldesa no acudió a la formación de las comisiones, y tampoco al encuentro que realizó Mariano Rajoy con los senadores en la Cámara.

Y no es solo una cuestión de que el Senado esté muy lejos de su casa o que de tanta ausencia no sepa cómo llegar. Porque a mediados de febrero se realizó una reunión de diputados y senadores valencianos en el Palau de la Generalitat, con el presidente Ximo Puig. Y allí, a Barberá, tampoco se le vio el pelo. Entre otras cosas porque prefirió ir a arreglárselo, el pelo, a la peluquería ese mismo día, donde fue pillada infranganti por la prensa

Sin embargo, estos novillos no le han impedido beneficiarse de las ventajas de ser senadora mientras ha estado escondida del barullo de la corrupción en el Ayuntamiento de Valencia. En este tiempo, ha cobrado 9.000 euros. Al mes, se lleva 2.813,91euros por asignación constitucional, y otros 1.822,38 euros por ser de fuera de Madrid, aunque casi no venga a la capital. Aparte de los pagos por desplazamientos, taxis y demás prebendas.

A esto hay que sumar otro privilegio, el de estar aforada frente a la que se le viene encima. Un favor que tiene por ser senadora, pero que el PP le ha ampliado, pese a su absentismo, al incluirla en la Comisión Permanente, lo que le permitiría estar blindada frente a la Justicia incluso si se repitieran las elecciones y se cerrara el Senado.