El Partido Popular (PP) ha vuelto a “derrapar”. A la derecha mediática no se le ha escapado el último patinazo del partido liderado por Alberto Núñez Feijóo y así lo han hecho saber, de forma unánime, los editoriales de los medios conservadores. El detonante del señalamiento ha sido la última propuesta de los populares que, después de negociar con Junts per Catalunya de cara a la investidura de Feijóo y criticar a Pedro Sánchez por hacer lo mismo, ha planteado la “disolución de las organizaciones o personas jurídicas”, incluidos partidos políticos, que emitan declaraciones de independencia o convoquen referéndums ilegales.

Miguel Ángel Tellado, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, ha sido el encargado de intentar explicar la propuesta, unida a la enmienda a la totalidad contra la ley de Amnistía. La falta de detalles, concreción y rigor han puesto en evidencia al PP y el “aroma de improvisación” de la iniciativa ha llegado a las cocinas del periódico El Mundo. “La idea genera dudas sobre su constitucionalidad y conveniencia”, recoge el editorial del medio de comunicación, considerando que “la forma de introducir el debate no parece la adecuada”.

Carlos Alsina, desde Onda Cero tampoco se ha quedado atrás en sus críticas dirigidas al PP. “Alabado sea”, ha apuntado irónicamente en su habitual monólogo mañanero. "Feijóo derrapa con la ilegalización" ha titulado el director del matinal su ácida opinión. “No hay un solo editorial que hoy respalde la propuesta de Feijóo, pero ni uno […] no es fácil poner de acuerdo a los periódicos para criticar algo, pero hoy lo ha conseguido el PP”, ha incidido, recordando que esta postura es la defendida por Vox. “Ilegalizar un partido político es castigar a los militantes y esto no”, ha concluido.

Alsina está en lo cierto. La unanimidad editorial que este jueves inunda los medios conservadores no es habitual y menos si este consenso se articula en torno al rechazo de una propuesta del PP. “La vía de ilegalizar partidos siempre es de doble dirección y debe abordarse con mucho tiento y, sobre todo, desde unos consensos políticos amplios, que hoy no existen”, lamenta La Razón. “Son las responsabilidades personales las que deben juzgarse y no las colectivas”, coincide el periódico con Alsina, defendiendo que lo punible debe ser “la actuación personal de los representantes públicos”.

El Partido Popular no reconocerá que, en su intención de erigirse como defensor de la españolidad y guardián de la Constitución que pisotea, “incurrió en un error”, tal y como señala el ABC. Divagaciones, excusas y cambios de tema construirán el argumentario que el equipo de Feijóo, defenderá estos próximos días, emulando el “solo fue un café” con el que quisieron excusar sus negociaciones con los independentistas catalanes.

Esta es la consecuencia de “mezclar todo en un maremágnum jurídico”, según ha calificado el ABC, “que permite al separatismo victimizarse más y que el PP, y Vox también, debieron aclarar con más detalle y especialización”. Un error y, en cierta manera, también una mentira porque “hacer creer a la opinión pública que Junts, ERC o Bildu serán fácilmente suspendidos o ilegalizados por plantear referendos separatistas es demasiado simplista”, concluye el periódico.

Carlos Herrera, líder de opinión de la Cope, completa el agrio cóctel que ha tenido que desayunar Feijóo y, aunque con señalamientos a Sánchez para desviar el foco, ha reconocido que “siempre es algo espinoso desde el punto de vista conceptual atribuir a una persona jurídica conductas delictivas”. “Pero bueno, la propuesta no va a prosperar, claro”, ha zanjado su editorial. Es en ese punto, en el conocimiento del escaso recorrido de la medida, donde puede estar el quid de la cuestión.

Es de sobra conocido que el Partido Popular no cuenta con propuesta alguna para solucionar el conflicto catalán. Los de Feijóo llevan años fuera del poder, desplante que les permite lanzar consignas y propuestas disparatadas, que buscan agitar las calles, cambiar el foco del debate y captar atención. Al más estilo Vox (o Ayuso). “Es un partido (Junts) cuya tradición y legalidad no están en duda”, aseguraba Esteban González Pons, vicesecretario Institucional del PP, cuando todavía existía la posibilidad de que Feijóo fuese presidente.

Que habrían pactado con cualquiera para recuperar la Moncloa no lo duda nadie, aunque el discurso tras no lograr el objetivo volviese a recubrirse de banderas de España. El papel de perdedor puede desempeñarse de muchas maneras y, desde luego, parece que Feijóo no ha elegido la vía constructiva. Las propuestas serias brillan por su ausencia en Génova 13 y los pronunciamientos populistas se abren paso para enfangar el debate político. Seriedad, hasta la derecha mediática reclama seriedad a los de Feijóo.