“Llevo toda la vida en Cuenca y no recuerdo ninguna ocasión en la que los políticos hayan traído algo realmente bueno a la provincia. Ahora se acuerdan de nosotros, para que nos traguemos la basura nuclear que nadie quiere”. Así de contundente se anunciaba a través de las radios de la región la marcha que este domingo volvió a juntar a cientos de personas en la localidad de Villar de Cañas contra el almacén de residuos nucleares (ATC).

Con mucho sol, algo de calor y en ambiente festivo, los vecinos de la comarca fueron quienes, mayoritariamente acudieron en defensa de su tierra y contra un proyecto que, de momento, se encuentra parado a la espera de las decisiones judiciales.

El PP pelea para mantenerlo

Pese a que antes de designar a la localidad de Cuenca como elegida para albergar el ATC en 2011, tanto PSOE como PP se habían puesto de acuerdo en rechazar su construcción en la región, el partido presidido en Castilla-La Mancha por María Dolores de Cospedal cambió radicalmente de posición, acompañado del exministro de Industria, José Manuel Soria, para defender a capa y espada el premio millonario de la construcción de este basurero radiactivo que ninguna comunidad en España quería albergar.

Ahora, el gobierno del PP sigue acudiendo a los tribunales una y otra vez para intentar continuar con la construcción de esta peligrosa instalación mientras los ciudadanos se movilizan por octava vez consecutiva para decir alto y claro que no quiere el cementerio nuclear ni en Villar de Cañas ni en ningún sitio.

Nada bueno para la comarca

Demostrando que es falso que exista consenso a favor del ATC, los asistentes mayoritariamente vecinos de la comarca a título individual, mostraron su oposición a un cementerio nuclear que supondría la pérdida de valor de los productos de su tierra y la ruina para sus pequeños negocios.

Unas de las asistentes y vecina de Villares del Saz, localidad cercana a Villar de Cañas, ganadera, quesera y portavoz de la Plataforma contra el ATC, defendía antes de comenzar la marcha que no quería “ni pensar lo que sería de mi familia si ponen el cementerio nuclear. Lo más probable es que perdiera mi clientela que aprecia mis quesos por ser totalmente naturales y por la confianza que le trasmite mi compromiso con el medio ambiente y la limpieza de esta tierra. Aunque no existan accidentes, el perfil de mis clientes es muy exigente y no estarían dispuestos a pagar más por un producto bajo la sospecha de la contaminación por basura nuclear. Por tanto, no tendría más que dos opciones: cerrar e irme al paro o buscar otro territorio libre de la amenaza nuclear”.

La opinión de esta vecina era compartida por el resto de asistentes, que parecen ser los únicos que se acuerdan de una región muchas veces olvidada por la clase política, con una de las densidades de población más baja de Europa y que sigue duramente hacia delante con trabajos tradicionales como éste y que viven gracias a la calidad de su tierra, algo que se vería totalmente truncado de construirse el ATC.

¿En qué situación se encuentra el proyecto?

Con la derrota electoral en 2015 de María Dolores de Cospedal en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la llegada del socialista Emiliano García Page, el nuevo presidente paralizó la licitación de la obra principal del ATC, pero no así la licitación de obras y la compra de equipos y servicios por valor de decenas de millones de euros, que podrían ser totalmente inútiles, si finalmente el ATC no se llega a construir.

Frente a la decisión del Consejo de Seguridad Nuclear de aprobar ya hace dos años “con límites y condiciones”, conceder la autorización previa para las obras sin esperar a los sondeos encargados por Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A.) para comprobar la idoneidad de los terrenos, el Gobierno del PSOE anunció que iba a ampliar el espacio reconocido como Red Natural en la Laguna del Hito, en Cuenca, para pasar de mil a 25.000 hectáreas protegidas, incluyendo así los terrenos en los que se proyecta el ATC.

Pese a esta intención, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCLM) suspendió el decreto de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente tras el recurso del Gobierno de Mariano Rajoy, ante lo que el Gobierno de García Page ha decidido llevar el caso al Tribunal Supremo y, si es necesario, a instancias europeas.

Informes contradictorios

Lo que está claro es que de todas las opciones que el Gobierno de Rajoy barajó para instalar el basurero nuclear (Albalá, en Cáceres; Ascó, en Tarragona; Congosto de Valdavia, en Palencia; Melgar de Arriba y Santervás de Campos, ambas de Valladolid; Villar de Cañas , en Cuenca; Yebra, en Guadalajara, y  Zarra, en Valencia), la conquense se antoja como la menos idónea, como así lo apuntan numerosos informes, entre los que destaca el correspondiente al Colegio de Geólogos que critica el inicio de las obras sin que hayan finalizado los estudios geotécnicos y geológicos del terreno.

Para los ecologistas y la Plataforma Anti-ATC, el “empecinamiento poco tiene que ver con la gestión de los residuos nucleares, pues ahora no hay razones objetivas que justifiquen la necesidad de un ATC”, además de recordar que, hoy por hoy, las centrales nucleares españolas están construyendo Almacenes Temporales Individuales (ATI) a pie de planta ante la incertidumbre del basurero nuclear conquense. Aun es más, el coste anual de un ATI se estima en algo más de un millón de euros.

Europa no sabe nada

El pasado mes de julio, La eurodiputada de Izquierda Unida, Paloma López, preguntó a la Comisión si había “recibido comunicación de la suspensión definitiva de esta infraestructura”, o si la había recibido “sobre presupuestos y planes de dinamización económica para la zona ligada al fin del proyecto del ATC”.

La respuesta que recibió del propio Comisario de Energía, el español Miguel Arias Cañete, fue que “la Comisión no ha sido informada de la suspensión del proyecto de almacén de residuos nucleares”.

Como explicó en declaraciones a ELPLURAL.COM, Jacobo Medianero, coordinador provincial de Izquierda Unida, esta respuesta de la Comisión reflejaba el abandono total del proyecto por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. “Los que vivimos aquí sabemos que el proyecto no ha avanzado y no se transmite nada a Europa”, explicaba Medianero.

Próximas movilizaciones

Durante el acto de este domingo se animó a los presentes a acudir también el próximo 10 de junio en Madrid donde el Movimiento Ibérico Antinuclear se llevará a cabo una movilización contra el uso de la energía nuclear tanto en España como en Portugal.