Cospedal pidió la palabra (que ya es raro en el Parlamento manchego) para desmentir al viceportavoz del Grupo Socialista, José Manuel Caballero, que fue expulsado del pleno por hablar, precisamente, de la “mansión búnker” de la presidenta de Castilla-La Mancha. Chalet que como ya adelantó ELPLURAL.COM estará obligatoriamente vigilado por un número indeterminado de policías nacionales, y que Caballero cifró en quince.

En nombre de la seguridad
Cospedal acusó a Caballero de poner en tela de juicio lo que “puedan hacer con sus bienes particulares cada uno de los diputados de estas Cortes”, dijo. Sin embargo, el viceportavoz socialista nunca se refirió a ese aspecto y solo al número de agentes que patrullarán la elitista zona donde la presidenta ha fijado su residencia, una “mansión búnker” valorada en 2,5 millones de euros. Pero para el presidente de las Cortes hablar de la seguridad de las personas “que se dedican a la vida pública” es un acto “extemporáneo y gravísimo”, exclamó en la misma sesión plenaria, visiblemente alterado.

“Mis gastos de vivienda los pago yo”
El caso es que Cospedal no soporta que hablen de su nueva casa (a ELPLURAL.COM ya nos ha enviado una par de cartas de rectificación). Y si es necesario olvidar lo obvio, pues se olvida y santas pascuas. Así las cosas, la presidenta de Castilla-La Mancha aseguró en sede parlamentaria que “siempre pensé que era mejor tener mi propia casa antes que vivir en un edificio oficial que me estuvieran pagando todos los castellano-manchegos, como han hecho mis predecesores”. Sin embargo, la también secretaria general del PP no recuerda que vive (o vivía hasta hace unos días) en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional, y que por lo tanto la luz, el agua, el gas, la recogida de residuos sólidos, el alcantarillado, el teléfono, el IBI…y otros gastos derivados del uso y disfrute de ella y de su familia de las dependencias oficiales los pagan todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Y no solo eso, su esposo, Ignacio López del Hierro, aparca diariamente en zona prohibida, “sin cortarse un pelo y estando, incluso, el alcalde dentro de Fuensalida”, concretan fuentes socialistas. Aún así,  Cospedal pidió que constara en acta que “mis gastos de vivienda me los pago yo”.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=zFlKY8vrKzk&t[/youtube]

“Mis predecesores”: Bono y Barreda
Llama la atención que la presidenta de Castilla-La Mancha acusara a sus predecesores, Bono y Barreda, de vivir a costa de los contribuyentes en una residencia oficial, cuando, siempre según la versión de los principales dirigentes del  PP (ver ABC Toledo 12-04-2011), José María Barreda “vive en la calle Arenal de Madrid”. Lo que está demostrado es que el socialista nunca vivió en el Palacio de Fuensalida, si bien pudo pasar alguna noche en una dependencia habilitada a tales efectos. Lo que sí hizo fue rehabilitar el histórico inmueble y cederlo al pueblo de Toledo, decisión suspendida al decidir Cospedal trasladar su Gobierno al edificio, donde encargó unas nuevas obras de reacondicionamiento, sin que hasta ahora sepamos si dichas obras afectaron también a las estancias privadas, o si el mobiliario de estas dependencias corrió a cargo o no de las arcas públicas. Del mismo modo, José Bono, el único presidente junto a Cospedal que ha vivido en Fuensalida, trasladó su domicilio en la década de los 90 a un chalet de su propiedad en la vecina localidad de Olías del Rey.

El “gratis total” del delegado del Gobierno
Pero las palabras de Cospedal (“prefiero tener mi propia casa antes que vivir en un edificio oficial que pagan los castellano-manchegos”), sí tienen un claro receptor, que no es otro que su exconsejero y actual delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, quien, a pesar de contar con su domicilio en la zona metropolitana de Toledo, concretamente en Cobisa, ha trasladado su residencia familiar a la Delegación del Gobierno, situada en la céntrica Plaza de Zocodover, donde el que fuera otrora uno de los políticos del PP con varios sueldos públicos vive  ahora en régimen casi “gratis total”, en las mismas condiciones que ha venido disfrutando la presidenta castellano-manchega, de las que ahora reniega. Aun es más, el acaudalado Labrador no tuvo reparos en su momento en pedir, y serle concedida, una subvención de 85 euros para adquirir una lavadora. . Desconocemos si incluía el detergente aconsejado por los fabricantes.