El Partido Popular ha vuelto a ofrecer dos posturas distintas con respecto a la toma de decisiones del Gobierno de España. Tras la decisión de Fernando Grande-Marlaska de repatriar a los menores marroquíes que entraron en Ceuta en la crisis migratoria del mes de mayo, el dirigente ceutí, Juan Vivas, adoptó una posición distinta a la de su partido y defendió la actuación del Ejecutivo central.

El líder de la ciudad autónoma ha sido la excepción dentro del partido que lidera Pablo Casado y a pesar de las dudas sobre la legalidad del asunto que mostró el portavoz nacional del partido, José Luis Martínez-Almeida, Vivas salió en defensa del Gobierno de Pedro Sánchez.

El presidente de Ceuta ha justificado la medida adoptada por el Ministerio de Interior, considera que se encuentra dentro de la legalidad y ha echado tierra de por medio asegurando que "si hay alguien políticamente responsable de las decisiones adoptadas, soy yo".

"Ningún menor de los calificados como vulnerables ha sido trasladado, independientemente de que haya un informe técnico individual", señaló el líder popular en la ciudad autónoma durante una rueda de prensa que ofreció este martes.

La defensa de Vivas al Gobierno contrasta con las críticas de algunos miembros del Partido Popular. Almeida puso en duda la legalidad y explicó que al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez le falta "rigor y seriedad".

"La primera reflexión es que nos merecemos los españoles un Gobierno que no dé bandazos y menos en una política seria como la inmigración. Hemos pasado del Aquarius a ahora a una devolución de menores en grupo con serias dudas sobre su legalidad", expuso el alcalde de Madrid este martes.

Vivas y las contradicciones del PP

No es la primera vez que el Partido Popular y Juan Vivas ofrecen una postura distinta. Durante la crisis migratoria del mes de mayo, el presidente ceutí mostró su intención de colaborar con el Gobierno de España para hacer frente a la grave crisis. Una apuesta por la cogobernanza con la que contradecía a Casado tras sus críticas al Ejecutivo central por su actuación con el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Un plan de actuación muy parecido al que ocurrió con la intención de la Asamblea de Ceuta de declarar persona non grata al líder de Vox, Santiago Abascal. Vivas mostró su intención de apoyar en la Cámara ceutí la iniciativa tras su movilización en la ciudad autónoma en el mes de mayo.

Las declaraciones del dirigente de la formación de extrema derecha fueron suficientes para que Vivas planteara la votación en la Asamblea de Ceuta. Algo que no consultó con la dirección del Partido Popular y que levantó mucha polémica desde dentro de la formación que lidera Pablo Casado tras las amenazas de Vox con romper todas las negociaciones con los populares